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Cómo lograr que el protagonista enamore al lector

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Todos los escritores quieren a sus personajes. Y es normal, porque cuando escribes inviertes un montón de horas en crear a tu protagonista. Has pensado desde el color de sus ojos al de su piel, sabes cuál es su color favorito e incluso cómo se llamaba el perro de su infancia. 

Así que cuando llega el momento de hacerlo aparecer por primera vez en tu novela estás deseando presentárselo al lector y darle todos esos detalles que has imaginado y que hacen a tu personaje único. 

Pues bien, ten cuidado con soltar de golpe la biografía completa de tu protagonista a la primera. Es como si una persona a la que acabas de conocer te contara la historia de su vida sin más preámbulos. Piénsalo: seguro que no te gustaría. En general nos gusta conocer a las personas poco a poco, ir desvelándolas como un misterio. Y lo mismo sucede cuando leemos un libro. 

Al principio, debes concentrarte en que tu protagonista cause una buena impresión (como cuando conoces a alguien que te interesa), en captar la atención del lector. Luego, poco a poco, irás revelando toda la profundidad psicológica de tu protagonista para que ese interés inicial se acreciente y el lector acabe por completo sugestionado por tu personaje. 

Te dejamos algunos consejos para ayudarte a conseguir que tu personaje se abra camino hacia el corazón de los lectores. 

1. MUESTRA, NO CUENTES
Empezamos por un consejo básico que puedes aplicar cuando escribas cualquier aspecto de tu novela, pero que es especialmente importante referido a la descripción del protagonista. A la hora de presentar a un personaje suele suceder que nos limitemos a acumular un montón de adjetivos. Por ejemplo: 
Pedro era tenaz, nunca se daba por vencido. 
Si lo haces así, el lector solo recibe una imagen abstracta de Pedro. ¿Qué significa exactamente ser tenaz? Pero si representas en qué consiste su tenacidad, este de pronto cobra vida: 
En el momento de saltar el plinto en clase de educación física, Pedro no fue capaz. Entre las risas de sus compañeros, fue a sentarse a la pila de colchonetas. Durante el recreo, Pedro volvió al gimnasio vacío. El plinto seguía en medio de la sala, desafiándole. Tomó carrerilla, pero se detuvo asustado en el momento de apoyar las manos sobre el cuero. Volvió a intentarlo, saltó y golpeó con las piernas el plinto. Tenía que saltar más alto. Lo intentó de nuevo. Esta vez voló por encima del aparato, pero aterrizó de bruces sobre la colchoneta. Ya estaba más cerca de lograrlo. Pedro repitió y repitió el salto hasta que logró elevarse con facilidad sobre el plinto y caer en equilibrio sobre ambas piernas. Lo había logrado, la próxima vez nadie se reiría de él. 
Esta breve escena es suficiente para ejemplificar la tenacidad de Pedro. El lector sigue sus esfuerzos y de esta manera es fácil que se identifique con el personaje, con su deseo de superación. Además, preparar una escena te permite añadir detalles, como el hecho revelador de que a Pedro no le gusta que ser el blanco de las burlas de la gente. 

2. GUÁRDAME EL SECRETO
No hay nada más sugerente que un secreto. Si tu protagonista guarda un secreto, el interés del lector se va a despertar de inmediato. Y es que a todos nos gustan los enigmas, porque ponen a prueba nuestro cerebro. 

Un secreto resulta muy estimulante y hace que el lector se interese de inmediato por el personaje que lo guarda. ¿Así que ese humilde camarero es un conde ruso? ¿Y cómo ha llegado hasta ahí? ¿Qué avatares se ocultan en su pasado? 

Haciendo alusión a los secretos de tu personaje te atraerás de inmediato al lector, que estará deseando descubrir más al respecto. 

3. EN POSITIVO
A todos nos gusta la gente positiva, sea en la ficción o en la vida real. Haz que tu personaje demuestre confianza (en sí mismo, en el destino, en su madre…), que se sienta capaz de afrontar los retos que el conflicto le presenta. 

Por supuesto, puedes templar esa confianza con sentido del humor, con alguna flaqueza, con un momento de duda… Se trata de que sea un personaje positivo, pero humano, y todos tenemos momentos de desaliento. Un personaje positivo va a llamar la atención del lector casi de inmediato

4. DIME CON QUIÉN ANDAS
...y te diré quién eres, reza el refrán. Una excelente manera de revelar detalles sobre tu protagonista es hacerle relacionarse con otros personajes.

De esta manera el lector puede juzgarlo por la calidad de sus amigos, comprobar cómo reaccionan el resto de personajes ante él y cómo responde a su vez el protagonista. Así no solo expondrás determinados rasgos del carácter de tu protagonista sino que, si lo haces bien, lograrás generar empatía. 

Cuida las escenas en las que el protagonista se relaciona con otros personajes para hacer que brille y que el lector siente que se puede identificar con él. 

5. SOY UN SER HUMANO
Un personaje debe ser humano. Incluso si es un vampiro, un troll o un robot con inteligencia artificial.

Lo que hace que un lector se interese por una historia es que pueda sentirse identificado con ella. Que piense que él actuaría como lo hace el protagonista o que, al menos, le gustaría hacerlo así. Pero como sabes, las personas tenemos defectos, rara vez somos un dechado de virtudes. Y además hacemos cosas banales, como desayunar, lavarnos los dientes o llamar a nuestro hermano. 

Así que asegúrate de que tu personaje tiene algún defecto, haz que dude, que sienta miedo o ira, que sea injusto. Porque tu lector también le pasa. Y muéstrale como una persona normal que hace cosas normales: se queda dormido viendo la tele o se le derrama la leche por la mañana. 

Como ves, estos cinco consejos son muy fáciles de aplicar y te aseguramos que con ello el interés del lector por tu protagonista se va a disparar. Está bien, puede que no se enamore de él perdidamente, pero seguramente sea el comienzo de una bonita amistad. 

Y si eres escritor, te invitamos a pasarte por Sinjania.com donde tenemos un blog lleno de consejos, manuales de descarga gratuita y, por supuesto, cursos de escritura. Te esperamos.

Reconciliándome con el blog

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Esta entrada será difícil de escribir. No porque no domine el tema, al contrario, quién mejor que yo para conocer el esfuerzo que conlleva estar detrás de Cafetera de Letras. Será difícil porque vengo a desahogarme, a explicarte el por qué estuve alejada las últimas semanas. 

Hace un tiempo te expliqué cómo nació este blog y qué significa para mí. Poco a poco creé un espacio que me hiciera sentir cómoda, donde pudiera compartir mis conocimientos y ayudar a otros. Vender mis servicios pasó a segundo plano: no me promociono llenando las redes sociales y los post de anuncios. 

Disfrutaba escribiendo para Cafetera de Letras. Me encantaba leer los comentarios y saber que mis palabras sirvieron de guía, inspiración o enseñanza. Muchos lectores se convirtieron en mis amigos: nos escribimos correos, nos enviamos cartas u obsequios, nos desahogamos y animamos mutuamente. Sin darme cuenta, este espacio fue un punto de encuentro donde podía conversar sobre el oficio de escritor con personas de distintas partes del mundo. 

He invertido tiempo, dinero y esfuerzo en crear esta plataforma. Y no, no me arrepiento. Aunque debo confesar que hace unas semanas me pregunté si valía la pena, si era necesario que continuara con este blog. Por una parte me sentí obligada a continuar: sé que tengo seguidores fieles que leen y comentan todo lo que publico. Pero tras las bambalinas, me desanimé por completo… Aquí algunos porqués: 
  • De la nada surgieron dos blogs, de mi misma temática, que publicaban lo mismo que yo he publicado (pero con otras palabras) y cuando hablé con las personas (a quienes ya conocía porque eran seguidores de Cafetera de Letras), no quisieron reconocer que me estaban plagiando. 
  • Recibí algunos correos donde se me exigía que trabajara ciertos temas. O sea, personas que me hacían un listado de todo lo que tenía que enseñarles para mejorar como escritor. Ni siquiera era una recomendación (las que aprecio y recibo con gusto). Y para colmo con ultimátum: si no lo hacía, dejarían de seguirme. 
  • Se me llenó el correo con escritores autopublicados que querían que yo promocionara sus obras para que se las compraran. Obviamente no leen este espacio, porque jamás he hecho eso (aunque tal vez pronto haga algo al respecto). Cuando les explicaba la situación, reaccionaban con insultos. 
  • Cada entrada publicada recibía miles y miles de visitas. Pero veía los comentarios y las veces en que se había compartido, ¡y eran poquísimos! No sé por qué, muchos preferían enviarme un mensaje casual al correo (parece pánico escénico). Lo único que siempre pido es comentar y compartir, y si no se hace... pensé que tal vez no se apreciaba mi trabajo.
  • Todas las semanas recibía un sinnúmero de mensajes donde me pedían ayuda para escribir algún cuento, ideas para una historia, reestructurar una novela, corregir o valorar un texto, etc. Pero querían que lo hiciera gratuitamente. Y aunque suene pedante, no me he matado estudiando y formándome como profesional para regalar mi trabajo. 
  • Comencé a recibir comparaciones con otros blogs o páginas de escritura donde también ofrecen servicios editoriales o cursos. Y este espacio es único porque me tiene a mí, que no voy copiando ni mirando lo que tienen otros para traerlo acá.
  • Muchos querían que organizara proyectos de escritura, pero nadie se ofrecía a ayudarme con la gestión. Es como si solo quisieran escribir y que yo me encargue de lo demás por amor al arte… 

No seguiré contando todo lo que me pasó en las últimas semanas porque me sulfuro. ¡Que conste!, esto lo he tenido desde mis inicios, pero casualmente. Los últimos meses mi correo comenzó a llenarse de disgustos, situaciones injustas, alegatos y exigencias. ¿Y que para colmo me plagien? 
Uff… Inhalo y exhalo. 

¿Acaso será difícil entender que no soy la esclava de nadie? Soy una persona, como todos. Tengo familia y amistades, salgo a trabajar como profesora y cumplo con mis obligaciones. Coordino mi tiempo para trabajar desde mi casa con los servicios editoriales que ofrezco. Tengo que hacerme constantes chequeos médicos. Estoy haciendo un posgrado. Y ofrezco mi tiempo libre para ayudar a niños y ancianos con talleres de escritura, ¡además de llevar el blog! 

No sé cómo rayos organizo mi tiempo, pero lo hago. Cafetera de Letras era para mí el momento de relajación. Disfrutar de mis pasiones: escribir mientras me tomaba un café. Contestar cada mensaje o comentario me tranquilizaba. Ayudar a otros en su proceso y que me agradecieran, me hacía sentir que estaba poniendo mi granito de arena. Todo lo que hacía para Cafetera de Letras me quitaba el estrés, me hacía respirar mejor, canalizaba mis emociones… me llenaba. 

Pero cuando nueve de cada diez correos fueron de personas que no valoraban mi trabajo, que esperaban mucho de mí sin dar nada a cambio, colapsé. Me desanimé por completo. Y para colmo pasé por muchas situaciones personales. Digamos que no fue el mejor momento y dejé de disfrutar el escribir para Cafetera de Letras

Escribir esa última frase me hizo soltar unas lagrimillas… y es que este espacio es mi lugar de catarsis. La escritura para mí es terapia. ¿Cómo llegué a eso? No lo sé, pero tuve que alejarme. Tenía que pensar en mí, volver a sentir que este espacio me aporta también a mí. No quería publicar por publicar (la calidad siempre se pierde). Así que me alejé del correo unas semanas y disminuí las publicaciones drásticamente. 

¡Y fue lo mejor que hice! Pude reconciliarme conmigo misma, con mi escritura. Pude reconocer lo que me aporta el blog a mí, reflexionar sobre el porqué lo creé. Estoy aquí para ayudar a otros en lo que me apasiona, pero sin que nadie me dé una pauta a seguir. Este es mi pasatiempo y no permitiré que vengan otros a echármelo a perder. 

Continuaré haciendo de Cafetera de Letras un espacio donde me sienta a gusto, donde comparta y aprenda con otros. Escribiré sobre lo que me dé la gana y cuando lo desee. Dejaré de lado a todas las personas tóxicas que quieren aprovecharse de mi trabajo. Y organizaré los proyectos que tengo en mente según la disponibilidad de mi calendario. 

No sé si alguna vez has pasado por esto, tal vez con tu escritura también. Si es así, tómate el tiempo que necesites para reconciliarte contigo mismo. Si dejas que tu pasión se convierta en estrés, angustia y problemas, dejará de apasionarte. Escribir es un acto hermoso (al igual que leer), y si algún día dejamos de hacerlo debe ser por decisión propia, no por causas externas. No permitas que nada ni nadie te desanime.

Y esta ha sido mi reconciliación, mi desahogo. Solo pretendo que veas que también soy persona. Estoy aquí para motivarte y ayudarte con tu escritura; pero no desalientes la mía. Hoy cierro el capítulo del desánimo y comienzo a escribir el de los nuevos proyectos. Retomo el blog con energía, dispuesta a continuar haciendo lo que me apasiona: escribiendo y ayudando a otros a escribir. 

¿Quieres ser parte de este proceso? Solo necesito que me hagas saber que estás ahí, que mis aportes te sirven. Recuerda que las puertas de este blog están abiertas para tus colaboraciones; sé que tienes mucho que enseñarme.

Ayúdame a continuar con este proyecto, pues de alguna forma también es tuyo.
¿Nos tomamos un café para sellar la reconciliación?

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La construcción del relato (Parte II)

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¡Hola! No sé si recuerdas, pero hace unas semanas te expliqué tres esquemas para construir un relato: la estructura del cuento, el relato de anillo completo y la transformación. Hoy pretendo terminar con estos esquemas de organización añadiendo la travesía del héroe y la retórica aristotélica, dos modelos importantísimos a la hora de escribir. ¿Quieres saber más? 

LA TRAVESÍA DEL HÉROE 


Hay muchas interpretaciones sobre este esquema, así que me esforcé por presentar lo básico, cubriendo los elementos más comunes que presenta. Este modelo aparece bastante en los videojuegos, puesto que se busca que el jugador se familiarice con el juego. Al presentar al héroe conocemos su historia, y sin importar la trama que sea, el héroe siempre estará en el centro del conflicto; está en nuestras manos hacerlo avanzar. El área donde se desenvuelve nos permite establecer el escenario. Así el jugador (el lector) tiene la oportunidad de familiarizarse con el mundo que lo rodea. 

El llamado de aventura se presenta de diversas formas; pase lo que pase, el protagonista siempre se verá obligado a abandonar su área de confort. En los videojuegos, estos llamados ayudan a los jugadores a conocer las jugadas, los movimientos que debe seguir. En la escritura, sirve para definir sus habilidades y su personalidad del protagonista. 

El encuentro con el mentor o guía se usa para exponer la historia. A veces aparece un tutorial de funcionamiento, con niveles o elementos que van más allá de los controles básicos y que establecen un camino guía para el héroe. El mentor siempre lo impulsará a sobrepasar sus límites, a llegar a la meta, cueste lo que cueste. 

Las pruebas impuestas al héroe son los niveles que el jugador está obligado a pasar para seguir avanzando y que el personaje adquiera fuerza, lo que a su vez es sinónimo de crecimiento o madurez. En la medida en que el protagonista evoluciona, la calidad de la historia mejora. Recuerda que nadie te creerá si una oruga se vuelve mariposa sin antes ser un capullo, así que no te saltes las etapas. Todo es un proceso. 

Luego vemos la resurrección o transformación del héroe. Aquí culminan las pruebas y se muestra el resultado del trabajo duro. No necesariamente significa la «resurrección» de un personaje, aunque muchos autores han creado relatos donde el héroe muere y después resucita para seguir su viaje (como en Matrix o Harry Potter). Este pasa a la lucha final para concluir su viaje o para destruir su vida. En los videojuegos, sin duda alguna, las luchas finales son presentadas como un evento difícil que pone a prueba todas las habilidades aprendidas durante los niveles del juego. 

Por último, el héroe retorna; es la vuelta a casa, aunque no siempre tome un camino feliz. En muchos casos sacrifica su propia vida para vencer al enemigo. Pero sigue siendo más común que el héroe regrese vivo (no nos gusta que muera el protagonista). Sin embargo, no será el mismo. El viaje lo hizo madurar, crecer, aprender lecciones de vida que lo marcarán por siempre. Este punto es importante porque el lector lo acompañó durante el recorrido, así que también debemos provocar que la escritura cause un efecto en este. 

El esquema tiene un círculo en el centro porque, cuando el héroe regresa a casa, pasado el descanso, puede emprender un nuevo viaje para resolver otras situaciones o problemas. Es normal ver este esquema con los héroes de fantasía épica, los superhéroes y hasta los protagonistas de sagas de aventuras o ciencia ficción. Solo recuerda que las experiencias pasadas seguirán siendo parte de él, por lo que su evolución se debe intensificar cada vez más. 

LA RETÓRICA ARISTOTÉLICA 


Este modelo fue creado para la argumentación, que es distinta al relato. Pero no podemos negar que algunos pasos nos pueden ayudar a construir una historia. :) El objetivo de la retórica aristotélica era definir los pasos para que el orador lograra convencer al público (nuestro lector) con sus argumentos. El que dominaba esta técnica en la Grecia Antigua tenía el poder de disponer de los hombres por medio de las palabras… ¿entiendes a lo que voy? 

1. El INVENTIO constituye el qué decir, la búsqueda del argumento. Como todo existe, solo necesitamos encontrar los elementos que desarrollaremos, es decir, pasar de lo extractivo a lo creativo. Es la lluvia de ideas inicial, lo que queremos que esté dentro de la historia, los elementos que tenemos para crear el relato. Por ejemplo, puedes querer escribir una novela fantástica con personajes juveniles.

Este paso tiene dos sentimientos importantes: la confianza y la convicción, lo lógico y lo psicológico. El primero busca convencer, es una vía pseudológica donde se presentan pruebas o conclusiones aceptables que sean creíbles. El segundo busca conmover, así que recurre a las emociones (pathos) o a la imagen (ethos). Todos queremos que nuestros escritos sean lógicos y psicológicos, creíbles y conmovedores. Busca mezclar secuencias lógicas que puedan apelar a las emociones y que te ayuden a lograr que el lector se enganche a la lectura. 

2. El DISPOSITIO es la organización de los argumentos y las partes del discurso. Es el arte de ordenar las ideas en las distintas partes del texto. Se divide en cuatro partes, que son:
  • Exordio: llamar la atención del público.
  • Narración: relatar los hechos de la situación conflictiva.
  • Confirmación: desarrollar la argumentación y presentar los contraargumentos (lo que dificulta el camino del personaje).
  • Epílogo: culminar el conflicto central respondiendo cualquier duda o situación abierta.
3. El ELOCUTIO es buscar los mejores recursos discursivos para que el argumento cause efecto. En este caso, el orador/escritor utilizará los recursos o técnicas que mejor funcionen con el tipo de relato que quiera construir. Puede hacer una analogía, ocupar una metáfora o hacer mención de una autoridad (autor, libro). Es necesario que el escritor conozca los recursos literarios que puede utilizar; mientras más domine, mejor. 

Los últimos dos pasos no tienen un mayor uso en la escritura, pero de todas formas de los aclaro. ACTIO es presentar, decir el discurso fijándote en el tono de voz, los movimientos, etcétera; y MEMORIA, como el nombre dice, es memorizar las palabras. 

Y hasta aquí por hoy. Te dejo estos dos esquemas de relato esperando ayudarte a construir el tuyo. Solo recuerda que no es necesario seguir los pasos al pie de la letra, puedes modificarlos a tu antojo según sea tu estilo literario. Al fin de cuentas, solo es una forma más de organizar nuestros pensamientos. 

Y tú, ¿cómo organizas los tuyos?
No olvides compartir en tus redes sociales. 
¡Nos vemos en los comentarios!


Nota: Esta colaboración fue hecha por Isabel Lam.
Le puedes escribir a su correo-e: lamisabel10@gmail.com.

Cómo hacer una buena presentación con Power Point

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Todos hemos estado alguna vez en un taller, conferencia o clase donde el presentador utiliza un Power Point para aburrirnos, hacernos perder el tiempo o causarnos sueño. No sé tú, pero yo detesto esos momentos, sobre todo si tengo que permanecer allí por obligación. Y es que no todo el mundo está calificado para ser un buen orador (esto se adquiere con la práctica). Sin embargo, hay que ser conscientes y aprender a utilizar un recurso tan valioso como la tecnología para enriquecer nuestra exposición, no para catapultarnos. 

Es por esto que hoy vengo a sacarte de dudas. Quiero darte algunos consejos para que elabores mejores presentaciones, pues todos en algún momento haremos una y no queremos que nos echen a los leones. :) Solo recuerda que la presentación no es para ti. Las diapositivas no son tus notas, tampoco el guion que tienes que leer al pie de la letra. La presentación es para el espectador, a quien no le interesan las parrafadas. 

¿Cómo mejorar tus presentaciones? 


1. La regla 10-20-30 
Guy Kawasaki dice que sin importar la extensión o relevancia del tema, la presentación no debe tener más de 10 diapositivas, tampoco durar más de 20 minutos; y por último, no debe tener más de 30 palabras por diapositiva. 

2. La regla 7x7 
El máximo de texto permitido son 7 líneas de 7 palabras cada una. Recuerda que siempre es mejor usar imágenes y gráficos que texto. 

3. La regla 20-20 
Es para presentaciones flash: 20 diapositivas explicadas en 20 segundos cada una. Si tu idea es buena y realmente dominas el tema, no necesitas más. 

4. Quince palabras 
Resume tu idea en 15 palabras. Puede ser una oración (tipo mensaje conclusivo), frases o conceptos. Repítelos a lo largo de la presentación para que el espectador los interiorice. 

5. No leas 
Leer cada diapositiva refleja el poco dominio que tienes sobre el tema. Todos se aburrirán. No te prestarán atención. Cuestionarán tu conocimiento y autoridad. 

6. Storytelling 
A todos nos gustan las historias, las anécdotas. Lleva el mensaje a través de estas para lograr conectar con las emociones del público. 

7. Empatiza 
Solo le prestamos atención a la persona que creemos nos puede enseñar algo. Sin perder la seriedad, haz tu exposición divertida y participativa. Que se note tu pasión por el tema. ¡Y no olvides el contacto visual! 

8. Fuente Sans Serif 
Es profesional y más fácil de leer (no uses Cómic Sans, por el amor a Dios). El tamaño debe ser entre 20 y 24 puntos. Las letras oscuras van sobre fondo claro, viceversa; y jamás de los jamases combines colores brillantes (tipo circo), a menos que quieras dificultar la lectura. 

9. Formato de la diapositiva 
Según la Universidad de Stanford, todas deben llevar título. El texto no debe superar dos líneas y las listas de elementos no deberían tener más de tres. 

10. Evita las muletillas 
Nada de «Emm», «Aaah», «Esteee»… Mejor organiza tus ideas: «¡Qué buena pregunta!» o «Me alegra que hayas traído eso a colación». Si no conoces la respuesta, no la inventes; reconoce tu desconocimiento e invita a alguien del público a aportar. 

11. No pierdas tiempo 
Llega temprano, conecta el proyector, prepara tus recursos y familiarízate con el entorno. No dependas 100% de la tecnología. Lleva la presentación impresa. Comienza a la hora acordada y termina con el tiempo suficiente para aclarar dudas. 

12. Less is more 
No transiciones. No música. No animaciones. No chistes absurdos.

Y hasta aquí llegamos. Claro, conciso y sin finales rebuscados. :) Confía en ti mismo y en tus capacidades. Haz ejercicios de respiración y proyecta tu voz en un tono adecuado. Practica mucho y no olvides estar preparado para la típica pregunta desafiante del sabelotodo.

¿Tienes algún otro consejo que ofrecernos?
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¿Puede el fanfiction ayudarme como escritor?

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Si de tabúes literarios se trata, el fanfiction encabeza las listas. Y hoy hablaremos de este con el fin de establecer sus ventajas o desventajas en nuestro aprendizaje literario. Así que lo primero es definir el concepto. El fanfic es un relato creado y escrito por fanáticos de una obra, grupo, personaje (real o ficticio) existente. Pero acá nos vamos a centrar en aquellos que toman el universo creado en una obra literaria ajena para crear significados nuevos a través de esta. 

El fenómeno no es nuevo. A través de la historia se han adaptado los relatos clásicos de Homero y Sófocles, a modo de ejemplo. Aunque no pretendo comparar una obra clásica con un fanfiction de Harry Potter, puesto que son contextos completamente diferentes; me gustaría hacer hincapié en algo: el fanfiction no es exclusivo de la época digitalizada. 

El internet y sus nuevas tecnologías han propiciado la creación y difusión de este tipo de textos, los cuales se comparten en comunidades de fanáticos. Y es que hoy día todos nos creemos capaces de crear, todos tenemos algo que aportar y todos pensamos que nuestras ideas mejorarán el trabajo de otros (pero este ya es otro tema). 

El fanfic es un ejemplo del fenómeno narrativo transmediático. La narrativa transmedia, según C. Scolari, supone un universo narrativo que se expande y desarrolla con elementos nuevos en un abanico de medios. Aunque el término se utiliza más para referirse a cómo las empresas se adaptan a los nuevos medios digitales, el fanfic entra en esta categoría porque migra del universo original de un relato a un medio diferente, agregando nuevos elementos y significados. Por ejemplo, tomamos el mundo y la trama de la serie The Walking Dead (soporte televisivo) y publicamos un poema fanfiction sobre los sentimientos de Rick (lo migramos al espacio digital narrativo). 

Henry Jenkins dijo que con las tecnologías digitales se hicieron más evidentes dos tipos de usuarios: el usuario activo y el menos activo. El primero es aquel que está conectado emocionalmente con el producto. Cualquier persona que escriba fanfiction es un usuario activo: está tan conectado con el producto que busca expandirlo con su propio trabajo. Y aquí se incluyen todos los que se disfrazan, los que hacen fanarts y, por supuesto, el fanfiction. 

Dejando los términos semióticos atrás, ¿por qué ha levantado tanta controversia este fenómeno? El problema no son los temas repetidos sino la forma en que se ejecutan. Es común relacionar el fanfiction con la mediocridad, ya que las personas que lo escriben suelen ser fanáticos que no han recibido una formación literaria. También está el estereotipo de que este tipo de narrativa digital es escrita por personas que no tienen creatividad, pues toman otra obra para hacer una propia. ¿En verdad merecen esa agresividad? 

Propongo ver el fanfiction de manera diferente. No lo perciban como el intento desesperado de ser escritor y tomar la idea de otro para lograrlo; míralo como lo que es: la obra de un fanático. Cuando un usuario activo escribe un fanfic no espera que su obra sea publicada por una editorial, tampoco ganar dinero. Lo que quiere es que otros fanáticos puedan leer su obra, disfrutar de la expansión de eso que tanto disfrutaron, conocer a otras personas que compartan la misma pasión y en algunos casos, como el mío, practicar su escritura. 

Sí, yo he escrito fanfiction. Empecé en la secundaria para ejercitar mi redacción, ya que en el colegio no tenía que hacer trabajos que me dejaran practicar la narrativa del relato. Y como no es fácil tener ideas originales o crear historias desde cero, empecé a escribir fanfic por diversión y para ensayar. Poco a poco me ayudó a crecer como escritora. 

Los fanáticos son actores claves para la supervivencia de una obra y hasta para la expansión de su popularidad. Van más allá de simplemente comprar la mercancía. Al final del día, son los que mantienen viva la llama de una obra; y esto solo lo logran compartiendo fanfictions o fanarts en comunidades. Estas prácticas apoyan el trabajo del autor. 

Por supuesto que tampoco es una monedita de oro, pues también tiene sus aspectos negativos. Existen casos donde los fanfics deforman el verdadero propósito de la obra y lo distorsionan solamente para complacer sus fantasías. Esto puede resultarles incómodo a algunas personas (incluyendo otros fanáticos). Y también es cierto que escribir un fanfiction es mucho más fácil que escribir una historia propia, pues el universo ya está establecido, al igual que los personajes y la trama. 

Ahora bien, cuando compartes un fanfiction recibes muchos comentarios, algunos de los cuales te pueden ayudar a crecer como escritor. Aunque a veces las personas comentan con el hígado y no con el cerebro, recibirás críticas constructivas y hasta te dirán cuáles son tus errores ortográficos. 

Sabemos que la poca credibilidad de un personaje es un error típico en los aprendices de escritor. En el mundo fandom tienen el concepto Mary Sue (personajes femeninos) y el Gary Stu (personajes masculinos) para hacer referencia al alter-ego del lector o del autor, a la poca creatividad y credibilidad que muestra la obra. Los personajes que suelen ser etiquetados con estos términos tienen las siguientes características: 
  • Un talento llamativo que lo hace ganarse el halago de otros. 
  • Un pasado trágico para generar simpatía. 
  • Recibe toda la atención de los demás personajes sin razón aparente. 
  • Se pueden identificar con algún personaje cliché existente. 

Por otro lado, esta práctica narrativa de fanáticos introduce al nuevo escritor la conciencia de que su escritura debe de ser orientada a cierto grupo determinado. En el fanfiction existen clasificaciones relacionadas al contenido argumentativo de la historia: 
  • Rating K: adecuado para todas las edades, orientado para una audiencia general de niños, libre de violencia y libre de temas adultos. 
  • Raiting K+: obras que tienen un contenido con violencia menor, recomendado para niños entre las edades de 8-11 años. 
  • Raiting T: el contenido no es adecuado para niños y podría tener temas adultos de una manera sutil, recomendado para personas mayores de 13 años. 
  • Raiting M: contenidos solo para adolescentes maduros y adultos, puede contener lenguaje y temas de adultos pero no de forma explícita. 
  • Raiting MA: orientado solamente para adultos, con temas y contenidos explícitos. 
Aunque en el mundo editorial existen términos diferentes, están compuestos por un hilo conductor parecido: separando a los lectores por su edad. 

Si escribes o quieres escribir fanfiction, no sientas vergüenza. Míralo como un tipo de práctica literaria, dejando de lado los prejuicios que tiene. Pero recuerda que si de verdad quieres comprometerte con tu escritura, debes salirte del mundo fandom lo antes posible y comenzar a crear universos propios. Es una buena forma de practicar recursos literarios y desarrollar un estilo narrativo, pero no es la solución o la manera más apropiada de convertirte en escritor

Recuerda que tomar ideas o temas frecuentados es muy diferente a tomar el universo narrativo (trama, personajes, lugares) de otra obra. Solo mantén la mente abierta y sigue escribiendo. 

Y tú, ¿qué piensas de los fanfictions?


Nota: Esta colaboración fue hecha por Isabel Lam.
Le puedes escribir a su correo-e: lamisabel10@gmail.com.

Qué hacer cuando somos nuestros propios enemigos

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Seguro que, por lo menos, uno de estos diálogos interiores habrá pasado por tu cabeza en tu camino por la escritura:
  • Sácate esa idea de la cabeza porque no vas a poder con esto. 
  • ¿Habrá quedado bien escrito? ¿Estará bien logrado el personaje protagonista?
  • Deberé revisar el manuscrito por quinta vez porque no me cierra el final… algo le falta. 
  • Ya me lo habían anticipado: iba a tener mis días en blanco donde nada iba a poder escribir...
  • Necio, ingenuo, no aprendo más. No soy para escribir… ¿qué hago perdiendo el tiempo? 
  • Abandonar mi trabajo y mis estudios para dedicarme a la escritura ha sido una locura. Me lo advirtieron y no lo quise entender. Y aquí estoy, full time en el teclado y no genero ni un peso. 
  • ¿Quién va a comprar mi novela? Nadie, seguro que nadie…
  • Quizá deba dedicarme a otra cosa... 
¿Me equivoco? 

Si quieres afrontar a tu enemigo interior debes ser brutalmente honesto. Esto de las medias tintas y hacerse el despistado no vale, pues para encarar el tema se debe hacer acopio de ese lado honesto que nos invita a crecer, a trascender, a cruzar al otro lado del río. 

Quizá nadie nos haya cuestionado algo, ni siquiera ha existido un gesto que dé lugar a la duda, pero ahí vamos nosotros con nuestras mochilas invisibles que nos encorvan la espalda, nuestras arpías interiores que nos succionan la energía, y en una anémica existencia, nos ponemos límite para todo

Dudamos de los pasos que hemos dado hasta el momento, ponemos en tela de juicio las decisiones que hemos llevado a cabo, nos arrepentimos de lo hecho y también de lo que dejamos sin hacer. 

Aquí no se trata del otro. No es que podamos proyectar en nuestra pareja, familia o compañero de trabajo lo que no queremos reconocer en nosotros mismos. Esta es una guerra interior. Tú y tus temores. Tú y tus eternas dudas. Tú y tu obsesión por la perfección. Tú y la culpa que sientes al disfrutar de una actividad que quizá no sea tan redituable. Tú y la imposibilidad para asumir el riesgo que implica dedicarse, de lleno, a la escritura

Se requiere de cierta cuota de coraje, quizá algo de suerte, tal vez una suma de estar en el momento correcto, en el lugar indicado. También con el ánimo requerido y la motivación para ello. El compromiso y la valentía de sostener una nueva forma de pasar por esta vida, dejando huellas con la palabra escrita. 

¿Has tenido recientemente un diálogo con tu enemigo interior?¿Has podido sentarte cara a cara con él? ¿Qué te ha dicho? ¿Cómo te hizo sentir? ¿Te sacó fuera de combate? Dime que no te permitiste colgar la pluma por una insinuación de este personaje ilusorio. 

Sí, tu enemigo interior es tu sombra. Habrás leído sobre ella alguna frase rimbombante, aunque sea en los muros de Facebook. Está conformada por varios elementos, sobre todo aquellos que no queremos reconocer en nuestra conciencia por ser aspectos desagradables o negativos. Como nos cuesta reconocer esos costados nuestros, los replegamos a un lugar donde no podemos reconocerlos y así va oscureciendo una parte nuestra; muy importante, por cierto, ya que sigue actuando aunque no nos demos cuenta de ello. 

No hay salud psíquica, estabilidad emocional o madurez sin que podamos integrar esta parte esencial. La clave no es anularla sino integrarla, dialogar con ella, reconocerla y hacer las paces con eso que seguro no está ni el 10 % de censurable de como nosotros la percibimos. 

Si quieres aprender a lidiar con el enemigo que llevas dentro y que no te deja crecer o manifestarte genuinamente como escritor, intenta seguir la siguiente estrategia: 
  1. Plantea un diálogo escrito con este: “Querido enemigo íntimo”… 
  2. Mantén un diálogo face to face frente al espejo. Anota aquello que te desagrada o te hace sentir mal para que puedas trabajar en ello después. 
  3. Ten siempre presente que es un diálogo. No permitas que tu enemigo tome las riendas de la conversación y la transforme en un monólogo, haciéndote sentir alguien inservible. Es muy hábil, así que no lo dejes monopolizar este intercambio. 
  4. Si disfrutas del arte por medio del dibujo, la pintura, el collage, la fotografía, etcétera, intenta hacer una serie de retratos en los que plasmes la emoción principal o el registro último que te dejó ese diálogo con tu enemigo. 
  5. Otra forma de exponerlo para que pierda cierto poder (se alimenta del silencio y la energía mental) es conversar con un amigo, compañero o nuestra pareja. Si otro actúa de espejo, podrás ver la sombra de una manera diferente, probablemente menos oscura. Además, esa otra persona te conoce bien, te ayudará a ver el otro lado de la moneda (ese que no logras ver por la oscuridad de tu enemigo interior). 
  6. Si, por último, ves que no puedes lidiar con tu sombra y te absorbe por completo, impidiéndote sacar a la luz tu potencial, aprovechándose de tu energía y dejándote con estados de depresión, sin que puedas emprender o sostener un proyecto de escritura nuevo, pide ayuda. Ve a terapia. Yo lo he hecho y lo sigo haciendo. Es un hermoso camino para conocer, cara a cara, a tu sombra.
Hagas lo que hagas, te sorprenderás al descubrir que, más que una enemiga, puede llegar a ser tu mejor amiga, la aliada que tiene todo aquello que no te animas a reconocer en ti. :)


Es normal que en algún momento salgan a flote todos esos enemigos y miedos internos que tenemos, y jueguen con nosotros como les da la gana. ¿Acaso no es eso lo que hacemos con nuestros personajes: ponerlos a luchar consigo mismos mientras están en medio de un conflicto más grande? 

Para lidiar con ellos debes enfrentarlos, conocerlos y aprender a reconocer cuándo están limitando tu creatividad, tu producción literaria. No puedes ser tú mismo quien frene tu crecimiento como escritor (ya la familia, los lectores, las editoriales, los colegas y un largo etcétera lo estarán intentando día tras día).

Este es tú momento. Sí, ahora mismo. No sigas posponiendo el encuentro con tu enemigo interno. Dialoga con él. Llega a un acuerdo. Jamás permitas que te haga colgar la pluma

Si quieres presentarnos a tu sombra, te veremos en los comentarios. :)

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Nota: Esta colaboración fue hecha por la psicóloga Ana Claudia Martínez. La puedes conseguir
en su Twitter (@anaclaudialicps), en Facebook o en su página web.

Cómo publicar en Wattpad (tutorial)

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Wattpad es una comunidad que reúne a lectores y escritores de todo el mundo. Una vez registrado, puedes publicar tus textos (cuentos, poemas, reflexiones, capítulos) o leer las publicaciones de otros autores, las que se comentan y votan. 

La mayoría de los usuarios son adolescentes, pero encontrarás de todo. La plataforma ha generado mucho debate y controversia por su contenido: hay mucho fanfic, intercambio de votos, presencia de textos mediocres y con poca o nula calidad literaria, plagio, discusiones viscerales, etcétera. Sin embargo, muchas historias son escritas por gente que se toma la escritura en serio, que son autores autopublicados o incluso profesionales en el área. 

En fin, que tiene sus ventajas y sus desventajas, como todo; y aunque hasta el momento yo no era usuaria de esta plataforma (prefiero leer en mi Kindle o en papel libros editados y no deseo publicar mi creación literaria ahí), decidí registrarme para compartir también en ese espacio el contenido de Cafetera de Letras. Además, reconozco que es un buen espacio para iniciarse como escritor, compartir textos, interactuar con lectores, recibir críticas y hasta llegar a vender tu obra. Eres tú quien decide si tomas esta opción o no.

Ahora bien, el hecho de que no haya estado registrada no significa que no la conozca ni que no esté al tanto de cómo funciona o lo que sucede en ella. Por esta razón (y por las consultas que me llegan al respecto), quise hacer un tutorial sobre cómo publicar en Wattpad, partiendo de la premisa de que no tienes ni idea de cómo hacerlo. :)

Pasos para publicar en Wattpad 


1. REGÍSTRATE COMO USUARIO 
Debes tener una cuenta para leer, publicar e interactuar en Wattpad. Entras en este link, utilizas tu cuenta de Facebook o te registras con tu correo electrónico; y una vez dentro puedes editar tu perfil (nombre, foto, datos). 

2. OPRIME «CREAR» 
Para comenzar a publicar tus textos, vas a esta pestaña. Tienes que haber confirmado tu correo antes de proseguir. 

3. VENTANA «MIS OBRAS» 
La plataforma te recuerda que aún no has escrito ninguna historia. Tendrás que oprimir la pestaña «Crear una historia». Cuando ya tengas textos publicados, te aparecerá otra pestaña que dice «Historia nueva». Oprimes sobre esta antes de pasar al siguiente punto. 

4. MENÚ DE «CREAR UNA HISTORIA» 
Wattpad te abrirá una ventana donde tienes que ingresar todos los datos del texto que deseas publicar, los cuales te detallo a continuación:

  • Da un título a tu historia 
Para fines de este tutorial, decidí agregar el post «35 ideas para escribir cuentos».
  • Agregar una portada 
Wattpad te da la opción de subir una portada o book cover para cada historia. No desaproveches esta oportunidad y crea una, aunque sea básica. Solo tienes que oprimir sobre el botón y cargar tu imagen. 

Nota: La medida de la portada es de 256 x 400 pixeles. Tenlo en cuenta para que no te corten la imagen en los extremos. Yo hice la mía en Picmonkey. :) 
  • Escribe una descripción 
Aquí es donde presentas la sinopsis de tu historia. Si no sabes cómo hacerla, no dejes el espacio en blanco. Anota un resumen o dinos de qué trata en pocas palabras. Recuerda que será lo primero que leerán los usuarios y de esto depende que continúen leyendo o no. 
  • Etiquetas 
Son las palabras clave y puedes agregar hasta 20, incluyendo tu nombre de usuario. 
  • Categoría 
Tienes 21 categorías para escoger, ¡y solo puede ser una! Si consideras que tu historia califica en varias, escoge la más apropiada, la que más englobe la esencia de lo que publicarás. Las demás las puedes añadir como etiqueta. :) 
  • Idioma 
Seleccionas el idioma en el que escribes tu historia. Obvio, ¿no? 
  • Derechos de autor 
¡Importante! Aquí vas a configurar el tipo de licencia que tendrá tu historia. Si no conoces las particularidades de cada una, busca información. Para fines de este tutorial, yo escogí «Todos los derechos reservados». Te recomiendo escoger esa opción si no estás seguro de alguna otra. 
  • Contenido adulto 
¿El público al que va dirigida tu historia (lenguaje y contenido) es para mayores de 18 años o para cualquier edad?

5. GUARDAR CAMBIOS 
Cuando tengas todas las casillas rellenadas, guardas los datos ingresados.

Te aparecerá el perfil de tu historia.

Si oprimes sobre «Editar la historia» podrás modificar la sinopsis, categoría, etiquetas y licencia. También puedes eliminarla. Pero lo más importante es la opción «Tipo de historia», donde mencionas si esta fue terminada o continúa en curso. 

6. PUBLICAR CONTENIDO 
En el perfil de la historia, abajo del todo, está la «Tabla de contenido». Para añadir el primer capítulo, un poema, un cuento, lo que quieras, solo tienes que oprimir sobre «Parte 1 Sin Título». 

Te saldrá una ventana como la siguiente: 
Copia y pega el texto que desees publicar y asegúrate de ponerle título. Wattpad te da la opción de editar el texto (alineación, negritas, subrayado) y también de añadir alguna imagen o vídeo. 

Cuando lo tengas todo listo, te recomiendo «Guardar y previsualizar». Si estás de acuerdo con todo, entonces oprime «Publicar». 

Nota: Al extremo superior izquierdo, Wattpad automáticamente te va guardando los cambios que hagas en el texto. También te contabiliza el número de palabras que llevas. :)

7. COMPARTIR TU HISTORIA 
Si ya la tienes publicada, solo te resta compartir en tus redes sociales. :) 

Y eso es todo. Para añadir más partes o capítulos vas a la «Tabla de contenido», donde también puedes editar lo que ya tienes publicado. Ahora solo te falta navegar un poco por la página para conocer sus herramientas, aprender a promocionarte e interactuar con otros usuarios. 

Ojalá este tutorial te haya servido. Solo recuerda que si te registras o si ya eres miembro, puedes comenzar a seguir la cuenta del blog: Cafeteradeletras, pues iré subiendo todos los post que he publicado desde los inicios (editados, claro está). 

¿Te animas a publicar tus historias en Wattpad?

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Contenido prohibido o censurado en la web

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En estos días me llegó un correo de una escritora controversial en las redes. (No mencionaré su nombre para no darle promoción en este espacio). En su mensaje, se presentó y adjuntó su última novela escrita para que yo «disfrutara» de la lectura. No pidió nada a cambio; solo envió su trabajo para que yo hiciera lo que quisiera con él. 

Indagué más (soy demasiado curiosa) y resultó ser una escritora que regala sus novelas a todo aquel que se encuentre en la red y que esté de alguna forma vinculado con la lectura o con la escritura, desde usuarios de comunidades hasta blogs. Entra en las páginas web y envía su trabajo a cuanto correo-e se encuentra. 

Obviamente, muchos la han reseñado (hay miles de páginas que se dedican a esto) y a pesar de tener pésimas críticas, a pesar de que algunos catalogan su obra como mediocre, con poca calidad literaria, denigrante y un largo etcétera, genera muchísimos comentarios ¡y algunos son positivos! 

Tiene a sus espaldas una larga lista de lectores que apoyan y defienden su trabajo; gente que la considera una piedra en bruto, una mujer que rompe esquemas y paradigmas, alguien capaz de renovar la literatura escrita por mujeres en la actualidad. (A este punto comencé a cuestionarme la «calidad» y el gusto de estos lectores). 

Apuesto a que tienes curiosidad. Yo no pude evitarlo y abrí el documento que me adjuntó en el correo. Leí la primera y la última página. Y observé todos los dibujos que acompañaban el texto, además de leer los títulos de los capítulos. Fue suficiente para sentir asco. Jamás leería su obra por placer. Y profesionalmente hablando, no aceptaría corregir o trabajar con sus textos (debo admitir que tengo mis límites, y ella los sobrepasó). 

Su obra, al menos la que me envió, carecía de corrección, abusaba del cliché, tenía una escritura incoherente y un lenguaje vulgar, sin tino… figurativamente vomitiva. Lo peor fue la forma en que abordaba las temáticas (sexo degenerado entre un viejo y una niña, uso de la mujer como objeto sexual, abuso de poder –con sexo, claro está– entre curas y feligreses). 

Para colmo pretende ser erótica y no es más que una descripción distorsionada y enferma de lo que es el acto sexual. Y no es que me haya convertido en mojigata, pero no confundamos peras con manzanas… 

En fin, que todo esto me hizo pensar en su forma de promocionar su obra (regalando su trabajo) y en todos los halagos y comentarios positivos que ha recibido (la gran mayoría, por no decir todos, de hombres). Hasta me causó preocupación: envía ese tipo de contenido, con imágenes fuertes, a cualquier correo-e. ¿Les estará enviando esa basura a los menores de edad que tienen sus blogs de reseñas o de escritura? No lo sé, pero sería muy irresponsable de su parte… 

También reflexioné sobre la forma en que los escritores abordamos ciertas temáticas prohibidas o censuradas. No es lo mismo que censures tu propia escritura a que la censure el público. Como escritor te puedes negar a escribir sobre ciertos temas, ya sea por desagrado o por el qué dirán. Pero cuando son los lectores los que te censuran, ahí es otro cuento. 

Quiero que sepas que hay algunos contenidos que tienden a prohibir en las páginas web o que el público en general tiende a rechazar (a menos que estén justificados en la obra y que estén trabajados con mucho tacto y calidad literaria). Te aconsejo tenerlos en cuenta para que no vayas a cometer el error de abusar de estos o de desarrollarlos sin precaución, pues no creo que quieras ser reconocido en la web como un escritor mediocre. 

Temáticas prohibidas y/o censuradas en la web 

  1. Pornografía. El contenido que solo tiene el fin de excitar mediante un lenguaje explícito. (No confundir con erotismo).
  2. Pedofilia. Cualquier contenido que sexualice a menores de edad, sobre todo si son menores de 16 años.
  3. Violaciones. Glorificar o promover las relaciones sexuales no consentidas. 
  4. Discursos de odio. Promoción activa de repudio contra ciertos grupos por razón de raza, etnia, religión, género, orientación sexual, discapacidad, etcétera. 
  5. Abuso y acoso cibernético. Llevar personajes de la vida real (personas que conocemos) a la ficción para mofarnos, humillarlos, denigrarlos...
  6. Autolesiones y suicidios. Cualquier contenido que apoye y exalte estos actos. 

No es que no puedas desarrollar alguno de estos temas en tus textos, es que tengas tacto al momento de hacerlo y sobre todo que no estés promoviendo contenido ilegal, inmoral o inapropiado. 

Tú que lees este blog con la intensión de crecer como escritor, por favor, presta atención a lo que digo. Sí, puede que genere polémica, y no tienes que estar de acuerdo conmigo. Pero si consideras que sé un poco más que tú sobre el mundo editorial, sigue mi consejo. 

Podemos transformar o destruir con la palabra (escrita y hablada). Tengamos cuidado con las temáticas que abordamos y la forma en que lo hacemos. Seamos conscientes de que no todo contenido es apto para todo público. Y evitemos transgredir la fina línea entre escribir literatura y promover actos ilegales e inmorales.

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Cómo lograr que tus personajes se enamoren de verdad

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¿Qué es el amor? ¿Por qué nos enamoramos de una persona en específico? ¿Cómo saber si es amor verdadero o no? No sé tú, pero yo siempre tuve problemas con este concepto. De niña me creí la versión de Disney; de adolescente buscaba en los chicos la versión machista impuesta por la sociedad. Luego en la crisis existencial de la preadultez, descubrí que todo lo que sabía sobre el amor era mentira, un concepto tergiversado que no me llevaría a amar y ser amada. Entonces decidí que sería soltera durante toda mi vida. 

Hasta que conocí a un hombre que vivía al otro lado del mundo. Ninguno estaba buscando enamorarse, ¡ni siquiera había atracción física! Éramos de dos realidades de vida totalmente diferentes. Polos opuestos atraídos solo por lo intelectual. Él era un ermitaño y yo una adicta a la soledad.

Pero algo sucedió con nosotros: decidimos ser transparentes. No aparentamos ser quien no éramos para agradar al otro. Esto nos trajo peleas diarias; dejábamos de hablarnos y al otro día, continuábamos como si nada hubiese pasado. Nos decíamos las verdades en la cara aunque nos doliera (sí, nos hacíamos doler mucho). 

Pero por más extraño que parezca, todos necesitamos una persona con quien quitarnos las máscaras y presentarnos tal cual somos. Sin darnos cuenta, afloramos los sentimientos que necesita el amor para crecer: la intimidad, la confianza y la verdad. Y aun negándonos a estar con el otro, nos amábamos. 

Yo no lo escogí. Él no me escogió. Somos sumamente diferentes (se pueden contar las cosas en común). Luchamos para no enamorarnos y luego para alejarnos, pero ya era tarde. Tomamos la decisión de enamorarnos desde el día en que nos abrimos al otro sin corazas ni tapujos. 

¿Cómo no amar la transparencia de una persona? ¿Cómo no querer mirar los ojos que me respetan y valoran por quien realmente soy? ¿Cómo no anhelar descansar por siempre en los brazos donde aprendí a refugiarme del mundo? ¿Cómo no amar al hombre que me enseñó a amarme primero a mí misma antes que a cualquier otro ser? 

Hoy puedo decir que comparto mis días junto al hombre que amo, aunque ni lo quería ni me gustaba. Hoy vivo con mi esposo un amor que no es como el de Disney, tampoco la concepción estereotipada de la sociedad (ambos clichés); vivo un amor genuino y transparente. Construyo lo que muchos consideran un «amor de novela», pues a pesar de los problemas y las circunstancias, permanecemos juntos. El vínculo formado es más fuerte que cualquier conflicto. 

Y es aquí donde mi historia comienza a enriquecer este post. ¿Alguna vez te has preguntado por qué anhelamos tener un amor como el de algún personaje literario?, ¿o por qué detestamos a una pareja en específico? Hacer que dos personajes se enamoren y que este amor sea creíble es más complicado de lo que crees. Tienes que entender primero lo que es el amor. El que no lo sabe, termina abusando de los clichés, decepcionando al lector con recursos absurdos e irreales. 

Si quieres que tus personajes se enamoren, tienes que desnudarlos (hablo del alma, mal pensado), y la mejor forma es hacerlos vulnerables ante el otro mediante la intimidad. 

El psicólogo Arthur Aron logró esto en la vida real con dos extraños: se enamoraron después de contestarte 36 preguntas y mirarse a los ojos durante 4 minutos. Obviamente, la idea es fomentar la cercanía entre dos personas. Así que te propongo lo siguiente: antes de escribir sobre el enamoramiento de tus protagonistas, haz que se contesten estas preguntas. No solo los conocerás mejor, sino que lograrás construir una relación amorosa creíble, de esas que pueden luchar contra cualquier obstáculo en busca de un final feliz. 

Las 36 preguntas del enamoramiento


  1. Suponiendo que pudiera elegir a cualquier persona del mundo, ¿a quién le gustaría invitar a cenar? 
  2. ¿Le gustaría ser famoso? ¿En qué sentido? 
  3. ¿Alguna vez practica lo que va decir antes de llamar por teléfono? ¿Por qué? 
  4. ¿Qué constituye para el personaje un «día perfecto»? 
  5. ¿Cuándo fue la última vez que cantó a solas? ¿Con otra persona? 
  6. Si pudiera vivir hasta los 90 años de edad conservando durante los últimos 60 años la mente o el cuerpo de una persona de 30 años, ¿qué preferiría? 
  7. ¿Tiene una corazonada sobre la forma en que va a morir? 
  8. Nombrar tres cosas que ambos parezcan tener en común. 
  9. ¿De qué se siente más agradecido en la vida? 
  10. Si pudiera cambiar cualquier cosa de la forma en que fue criado, ¿cuál sería? 
  11. Contar a la otra persona la historia de su vida en cuatro minutos, pero con tanto detalle como sea posible. 
  12. Si pudiera despertarse mañana habiendo adquirido una cualidad o una habilidad, ¿cuál sería y por qué? 
  13. Si una bola de cristal pudiera decirle la verdad sobre sí mismo, su vida, su futuro o cualquier otra cosa, ¿qué le gustaría saber? 
  14. ¿Hay algo que haya soñado hacer desde hace mucho tiempo? ¿Por qué no lo ha hecho? 
  15. ¿Cuál es el mayor logro de su vida? 
  16. ¿Qué es lo que más valora en una amistad? 
  17. ¿Cuál es su recuerdo más preciado? 
  18. ¿Cuál es su recuerdo más terrible? 
  19. Si supiera que dentro de un año va a morir súbitamente, ¿cambiaría en algo la forma en que vive ahora? ¿Por qué? 
  20. ¿Qué significa la amistad para el personaje? 
  21. ¿Qué papel desempeñan en su vida el amor y el afecto? 
  22. Mencione cinco características que considere positivas en la otra persona. 
  23. ¿Qué tan cercana y cálida es su familia? ¿Siente que su infancia fue más feliz que la de la mayoría? 
  24. ¿Cómo es la relación con su madre? 
  25. Cada uno haga tres declaraciones verdaderas usando «nosotros». Por ejemplo: «Los dos estamos en esta sala sintiendo»… 
  26. Complete esta frase: «Quisiera tener a alguien con quien compartir»… 
  27. Si llegaran a ser amigos íntimos, diga qué sería importante que el otro supiera. 
  28. Dígale a la otra persona qué te gusta de ella; sea muy honesto y diga cosas que posiblemente no le diría a alguien que acabara de conocer. 
  29. Cuéntele al otro un momento bochornoso de su vida. 
  30. ¿Cuándo fue la última vez que lloró con otra persona? ¿A solas? 
  31. Dígale a la otra persona algo que ya le guste de ella y que al inicio tal vez no tanto. 
  32. ¿Qué es algo demasiado serio para bromear al respecto? 
  33. Si fuera a morir esta noche, sin poder comunicarse con nadie, ¿qué sería lo que más lamentaría no haberle dicho a alguien? ¿Por qué no se lo ha dicho? 
  34. Su casa, que contiene todo lo que usted posee en la vida, arde en un incendio. Después de salvar a sus seres queridos y sus mascotas, tiene tiempo de una carrera final para rescatar algún objeto. ¿Cuál sería y por qué? 
  35. ¿La muerte de qué familiar sería la más perturbadora para el personaje? ¿Por qué? 
  36. Exponga un problema personal y pregúntele al otro cómo lo manejaría. Asimismo, pídale que le diga cómo parece que usted se siente respecto del problema que eligió. 

Como ves, no le contestarías esto a cualquier persona. Pero si es el amor de tu vida, ¿acaso no merece conocerte a fondo? Lo que buscamos es que ambos personajes se conozcan a la perfección, que se enamoren por una razón justificada. Hay que tratarlos como seres pensantes, como si fueran personas reales; solo así lograremos hacerlos creíbles. 

En otras palabras, nadie te va a creer que tu protagonista se enamoró (y haría lo que fuera por la otra persona) gracias a su físico o por las palabras zalameras que le dijo al oído. Que se enamore porque conoce los miedos del otro, las trabas, su forma de actuar, su imperfección; y porque a pesar de todo lo malo que tiene, descubrió su intimidad y decidió amar sin tapujos. 

Escribir sobre el amor genuino es complicado. Escribir sobre amor y no caer en el cliché, es peor. Escribir sobre enamorados y que el lector anhele tener un amor así, es casi una misión imposible. Las historias de amor que más nos llegan son aquellas que se basan en la confianza, así que cuando vayas a construir a tus personajes, piensa en aquello que los une, pero también en todo lo que los separa. Si logran enamorarse sin máscaras, lograrán superar cualquier obstáculo que se les presente

¡Ah! y recuerda que estas preguntas las he sacado de una práctica psicológica real, así que si te quieres enamorar, yo qué sé, inténtalo con este ejercicio y luego me cuentas (conocí a una pareja que hizo esto). Eso sí, ten en cuenta que tú no escoges a la persona, así no funciona el amor. Y si tienes pareja, no viene mal contestarse estas preguntas para ahondar más en la intimidad del otro. 

Solo recuerda que solo tú puedes lograr que tus protagonistas se enamoren de verdad, y qué mejor que enamorándote tú de ellos, de su historia de amor. Y hasta aquí, que no soy psicóloga ni experta en temas del amor. :) 

¿Cómo logras que tus personajes se enamoren? 
¿Qué piensas sobre las 36 preguntas del enamoramiento?

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El uso del juego de roles en la escritura

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Cuando se va a diseñar un videojuego, los creadores buscan una historia potente que logre adentrar al jugador al mundo virtual, haciéndolo un personaje más. Esta técnica pertenece al «juego de roles» y consiste en asumir un papel en la trama. Como escritores, podemos utilizar las prácticas de rol para ponernos en el lugar de los personajes y entender mejor sus pensamientos, sentimientos y acciones. Si nosotros fuéramos ese personaje, qué diríamos, qué gestos haríamos, cómo actuaríamos, qué pensaríamos… 

El objetivo es adentrarnos en la psicología del personaje según la caracterización que le hayamos dado. De esta forma logramos construir una historia creíble, dinámica y fluida, lo que permitirá una mejor experiencia lectora. En otras palabras, si nos creemos por unos minutos que somos ese personaje, sacaremos a la luz con más facilidad sus reacciones, emociones y manías, pero también lograremos que el lector se «crea el cuento». 

El juego de roles es una dramatización, y sabemos que los mejores actores son aquellos que se viven la historia, creyendo que son el personaje mismo. Antes de que Heath Ledger interpretara el papel del Jóker, se encerró seis meses en un hotel para familiarizarse con la personalidad sádica y psicópata de su personaje. Sumergirse de lleno en este rol lo llevó a convertir su actuación en la más aclamada de toda su carrera (y algunos consideran que fue la razón de su suicidio). 

Asumir un rol es una experiencia de aprendizaje que nos hará construir mejores personajes. Ponerte en los zapatos de estos te dará la posibilidad de crear una lista con sus características más importantes, y la idea de cómo emplear estas en su juego (cómo se enfrentarán los personajes a los conflictos de la historia). 

En los videojuegos, las prácticas de rol ofrecen la mecánica y las reglas del juego. Es decir, indican la estructura formal de la historia, lo que se puede hacer (o puede suceder) y lo que no; pero también establecen cómo lo hace. Esto nos ayuda a estructurar la historia, pues podemos pensar de antemano en los conflictos que se generarán a partir de los diálogos y las actuaciones de los personajes según su psicología. 

Los juegos también se sitúan en un espacio y tiempo determinado. Tanto la actuación como la transformación del personaje transcurrirán en una línea de tiempo que está ubicada en un contexto y un lugar específico; lo que nos ofrece la oportunidad de desarrollar el entorno (dónde y cuándo ocurre la acción), y determinar la interacción entre los personajes y el narrador. 

Como ves, el uso de las prácticas de rol en la escritura nos puede ayudar a construir mejores personajes y a definir los conflictos que los aquejan, así como estructurar y organizar la historia. La técnica es muy fácil de utilizar y te aseguro que si la practicas, lograrás generar miles de ideas para aplicar en la trama. 

¿Qué otro beneficio tendría el juego de roles al momento de escribir?

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¿Paciencia o voluntad propia?

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Escribir a diario debería ser considerado un acto de voluntad pura por causa de la matadora jornada laboral que poco nos sirve para llegar a final de mes, o de las actividades extracurriculares relacionadas con los hijos, como cumpleaños y reuniones. Es poco el tiempo que tenemos a nuestra merced para desarrollar la gran historia rompe esquemas y postmoderna que las editoriales se pelean por conseguir: el apreciado manuscrito (admítelo, también lo sueñas). 

En los momentos de delirio que mi generoso trabajo me otorga, puedo desatender la computadora, tomar la libreta regalona y escribir escurridizas ideas que vienen en forma consecutiva. En seguida imagino el papel como una liviana y crujiente masa hojaldrada, donde el chocolate escurre, engendrando el mejor argumento; así no tengo cargos de consciencia cuando veo el basurero atiborrado con bolas de papel. 

La noble vida del escritor se asemeja al largo historial del macaron: aquel pastelillo insigne de las vitrinas pasteleras francesas, ese que las fashion bloggers aman fotografiar y lucir en Instagram. Famoso por sus diversos sabores y colores, ha tenido décadas y décadas de perfeccionamiento. Obtener la textura crujiente del merengue almendrado y que el relleno nos estalle en la boca, es una prueba del porqué su popularidad ha ido en ascenso. 

A este punto te estarás preguntando de qué rayos hablo, ¿cierto? 

De forma parecida ocurre con nuestro estilo literario. Vamos mutando en compañía de la madurez. Comienzas a escribir fanfiction. Luego tus lecturas se vuelven selectivas. Admiras a personas de letras que ya descansan en gloriosas tumbas. Notas lo difícil que es entrar en el círculo literario. Te preguntas cómo llamar la atención de una editorial. ¿Será posible que apuesten por un escritor novel? Y mientras esperas, entras al mundo digital y participas de concursos literarios, confiando en que tu propuesta será escuchada. 

Con la experiencia adquirimos manías poco favorables que, dependiendo de la situación, soltamos cuando nos cae el ladrillo encima y notamos cuán importante es la escritura en nuestra vida. En una era donde la inmediatez es pan de cada día, adquirir paciencia y mantenerla como aliada es un reto, más cuando tenemos la suerte de que nuestra preciada propuesta ha sido respondida: ¡por fin valorarán tu manuscrito!, pero tomará tiempo… Y en la mayoría de los casos, terminamos recibiendo un soso email de rechazo. 

Por eso quiero compartirte seis consejos para mantener la paciencia, los cuales puedes aplicar a tu vida literaria o a cualquier área que amerite. 

Consejos para mantener la paciencia 


› Si ya decidiste que quieres ser escritor, ¡a trabajar se ha dicho! Nutre tu mente con buenas lecturas (también cuentan las malas), escribe a diario. Que se convierta en tu mantra. Escribir. Leer. Escribir. Leer. Escribir. Leer.

› Si enviaste tu mejor manuscrito a un concurso o editorial, no te tortures pensando en eso o revisando cada cinco minutos tu correo electrónico. Sigue escribiendo, soñando con ideas que traerán más inspiración y organizando nuevos proyectos. 

› Si te rechazan (también lo hicieron con los grandes), continúa escribiendo. No creas que todos tus escritos son popó, o que están en tu contra. Prueba con otras editoriales e ignora a ese diablillo interior que te dice cada dos por tres «revisa otra vez la bandeja de entrada». 

› No pierdas el control. Si quieres ser escritor, debes ser consciente de que tomará tiempo. Primero debes aprender las técnicas de escritura, escribir mucho, pasar por todas las etapas de revisión, corrección y edición, y un largo etcétera. Para colmo, después vendrá todo el tiempo de espera por una editorial. 

› No te hagas muchas expectativas. Existen factores que cambian el curso de nuestras vidas. Y si una editorial no es tu opción, prueba con la autopublicación. ¡Pero que sea de calidad! 

› Mantente positivo y con la mente limpia. Disfruta el camino mientras te diriges a la meta, el día a día. Saborea el proceso de convertirte en escritor. 

A veces no tenemos una estrategia o no sabemos cómo hacernos tiempo para escribir, pero hay un sinnúmero de actividades que podemos hacer: 

  • APROVECHAR LOS TIEMPOS MUERTOS. 
Trabajo en una agencia de correo y aprovecho cualquier minuto muerto para escribir ideas o imaginar qué historias traen las cartas que luego clasifico según los sectores de la ciudad. Si en tu trabajo tienes algún tiempo muerto, úsalo para planificar tu historia.

  • ORGANIZARTE Y NO PROCRASTINAR. 
Sobre todo si trabajas, estudias, tienes hijos y debes ayudar en los quehaceres del hogar. Es bueno descansar, pero perdemos muchísimo tiempo en las redes sociales o viendo televisión. Organiza tu tiempo y créate un horario. Esa media hora que perdiste en Facebook la pudiste haber ocupado en tu escritura. 

  • TOMARTE EL OFICIO CON SERIEDAD. 
Si estás decidido y la escritura para ti, tiene que formar parte de la seriedad de la vida adulta. Tal como eres responsable con los horarios de trabajo (sí, ese remunerado) o con los estudios, sé responsable con tu horario de escritura. ¡Y no aceptes contratiempos!; tu jefe no lo hace, ¿o sí? 

  • TENER (O DESARROLLAR) FUERZA DE VOLUNTAD. 
No te dejes engatusar por las redes sociales o cualquier otra cosa que te mantenga como un zombi frente a la computadora. Mírate al espejo. Regáñate. Te dañas al usar cualquier excusa acorde a tus miedos. No caigas en la tentación y dedícate a escribir. 

  • SER REALISTA. 
No te propongas escribir 20,000 palabras diarias (necesitarías años de experiencia para lograrlo). Establece una meta de una página o al menos cinco párrafos. Tan pronto los termines, cumpliste con tu deber mínimo de escritura en ese día. 

Mi querido tripulante, la paciencia a veces parece alejarse y la voluntad propia por escribir se detiene por miedo a la pérdida del tiempo. No olvides que si transformas tus escritos en los cautivantes macarrones que describí al inicio, los comensales se deleitarán. Quizá tengan que pasar años para que el fruto termine por aflorar, pero solo quien sigue el camino lo conseguirá. 

¡A trabajar, señores!, que este es solo el inicio… y no olvides tomarte un rico café en los tiempos muertos, mientras sigues ideando tu próxima historia.


Nota: Esta colaboración fue coescrita con Bárbara Contreras.
La puedes conseguir en su Twitter (@barbara2cc).

Los complejos de los escritores

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Solo tienes que entrar a cualquier foro, plataforma o grupo de escritores y te encontrarás con una serie de complejos. Una persona acomplejada «presenta una marcada disconformidad con alguno o varios aspectos físicos o psíquicos de su persona, los que experimenta o percibe subjetivamente con sentimientos de minusvalía» (Wikipedia). 

En el caso de los escritores, el complejo puede adherirse al ego y las rivalidades con otros, creando un campo de batalla en el que no me gustaría estar. En lo personal, me alejo de esas discusiones y evito cualquier malentendido con los colegas, pero uno no lo puede evitar, tarde o temprano termina cayendo en la lengua o pluma de otro. Solo puedes decidir si lo ignoras o no (de escoger la segunda opción, probablemente tienes un complejo). 

Hoy pretendo presentarte los ocho complejos de escritor que más se repiten en el mundillo literario. Léelos con atención, pues te puedes llegar a autodiagnosticar, o tal vez termines refiriendo a algún amigo a un terapeuta literario. 

1. Entras en histeria cuando alguien roba o plagia tu trabajo 

Autopublicaste tu libro y te das cuenta de que lo están regalando en equis página, mientras que tú solo lo vendes por .99¢, o de pronto vez que alguien publicó un escrito tuyo en su blog… y sin corroborar dos veces, entras a tu red social y despotricas contra la persona con insultos, alegatos y toda tu caballería. Luego haces una campaña antipiratería que dura varios días, escribes un post mostrando tu evidencia, difundes el material y exiges por todos los medios tus .99¢ (porque te has hecho menos rico al no recibirlos). 

¡Ojo! Lee esto en el sentido irónico en que lo presento, que si te sientes identificado y rápidamente quieres dejarme un comentario negativo, es que estás cucú, cucú… 

Haré hincapié en una palabra: histeria. No es lo mismo hacer lo que describí anteriormente a corroborar varias veces si, en efecto, te robaron o plagiaron, y mantener la calma. Escribirle un correo a la persona y pedirle explicaciones (y que quite el material, te dé el crédito o lo que desees), después denunciar, si aplica según la página que sea. Y entonces, si no se resuelve la situación, manifestarte en las redes sociales y quizás hacer una campaña contra estos actos, pero todo bien pensado. (No significa que no tengas coraje, solo que tienes autodominio, estás seguro de ti mismo y puedes controlar tu visceralidad). 

2. Crees que la obra de otro escritor es mejor que la tuya 

Todos admiramos a un escritor, pero estarte comparando con otros, incluyendo los nóveles, solo refleja tu complejo de inferioridad. Si consideras que jamás vas a llegar a escribir como Fulanito, ¿para qué escribes? Mejor pierde tu tiempo en otra cosa… o ponte las pilas de una vez y ¡aprende a escribir! 

3. No publicas tus escritos porque temes que a nadie les gustarán 

Típico. Te matas escribiendo y lo escondes en el cajón porque a nadie en el mundo mundial le gustará la porquería que escribiste. ¡Por favor! Apuesto a que puedes mencionar más de un bestseller lleno de clichés y con poca (o nula) calidad literaria. ¿Tu historia es peor que ese libro? ¿Cómo rayos esperas aprender si no tienes la retroalimentación de al menos un lector? 

4. Tienes «tus días» para escribir 

¡Madre mía! El que no se tome esto en serio, mejor que no se lo tome. Para aprender a escribir hay que escribir (no solo intentarlo o pensarlo). Si no sacas tiempo para hacerlo parte de tu diario vivir, será un simple pasatiempo, como coleccionar estampillas. 

Decir que un día no puedes escribir porque está lloviendo y tienes frío es buscar una limitación donde no la hay. Lo mismo sucede si solo puedes escribir cuando te peleas con tu pareja, un familiar o un amigo (si es así, quédate en el anonimato que no necesito amigos buscapleitos). :) 

5. Sentirte fatal cuando publicas y después encuentras un error 

¡No lo sabes todo! Y a cualquiera se le escapan errores, porque es muy difícil distanciarnos de lo que escribimos y sacarnos el ojo artístico para ponernos el ojo crítico. Solo tienes que relajarte, corregirlo y tener más cuidado la próxima vez. Y si fue un lector quien te notificó, agradécele y recompénsale con un detalle. 

¡Ah!, pero si fue que publicaste un borrador sin haber pasado por su proceso de corrección, reescritura y edición… ¡sal de aquí! ¡Tú no eres escritor! 

6. Piensas que tu vocabulario es deficiente 

¡Léete un diccionario! Y no te lo tomes a broma… cuando entré en la universidad conocí unas chicas que lo estaban haciendo y no pude evitar sentirme inculta. 

Hay muchas técnicas para incrementar tu vocabulario, así que tranquilízate. Solo recuerda que para escribir no tienes que ser un lexicógrafo, de lo contrario tus lectores necesitarán un diccionario para entenderte. 

7. Te hacen una crítica y se te cae el mundo 

…editas tus textos, borras otros y hasta te disculpas. ¡Más de una persona te dirá que tus escritos no valen nada! Se lo han dicho a todos los grandes. Tú apenas comienzas y ¿te crees que nadie te va a criticar?

Sé maduro. Recibe la crítica. Dialoga con la persona. Aprende de tus errores. Busca ayuda. Y sigue escribiendo. 

8. Pensar que tus escritos son la gran hostia 

¡Cristo amado! ¿Has conocido algún escritor que solo habla de sus textos y los presenta como la gran revelación literaria del siglo? ¡Es alucinante! Algunos se autovaloran tanto que llegan a ver por encima del hombro a los demás escritores, sobre todo si no han publicado formalmente o si lo hacen en Wattpad o en un blog. 

¡Ey, tú! Si eres tan buen escritor, ¿por qué no estás recibiendo los millones que reciben otros?, ¿por qué las editoriales no se están peleando por ti?, ¿por qué solo te conoce tu familia y los mil «amigos» del Facebook? Gente, no quiero ser cruel, pero es que estas personas llegan a ser tan tóxicas que terminan por agobiarme. 

Ahora que conoces estos ocho complejos, quiero darte la ñapa. Te presento diez estereotipos o conceptos erróneos que pululan en estos grupos de escritores: 
  • El fanfic es solo para adolescentes. 
  • Los jóvenes solo escriben o leen por moda. 
  • Si escribes literatura erótica, eres un calentón. 
  • Si no has leído equis clásico, no sabes nada de literatura. 
  • Todos los libros autopublicados son mediocres y de baja calidad. 
  • El escritor que tiene muchos likes, comentarios y votos, los intercambia o tiene multicuenta. 
  • Aquellos que ofrecemos servicios editoriales queremos aprovecharnos de los novatos. 
  • Como tengo equis cantidad de fanáticos/seguidores y lecturas, ya sé todo lo que tengo que saber sobre el oficio de escritor. 
  • Si no has publicado, no eres escritor. 
  • Si me critican mi obra sin un argumento que yo considere sólido, es por envidia. 
¡Ojo! Todos son erróneos, pero apuesto a que los has leído o escuchado más de una vez. 

Ahora quiero leerte a ti. De seguro quieres compartirme algún otro complejo de escritor o estereotipo sobre el mundo literario, pues yo solo enumeré unos cuantos. 

¡Ah! y no te tomes al pie de la letra lo aquí descrito. Date cuenta del tono irónico que utilicé. Y si realmente te sentiste identificado y quieres trabajar con ello para continuar creciendo como escritor, te invito a contratar mis servicios de coaching literario. ¡Puedo ser tu terapeuta! 

¡No olvides compartir en tus redes sociales!

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3 razones para escribir reseñas

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Lo sé, lo sé. Se considera de mal gusto que un escritor critique la obra de otro a menos que el primero sea un literato en las más altas orbes o, cuando menos, muy popular. Como escritores entendemos lo difícil que es enfrentarse a la página en blanco y por ello evitamos herir los sentimientos de aquellos que también pertenecen al «gremio». Existe la noción de que si haces reseñas, terminarás escribiendo una negativa y esto sería como una puñalada por la espalda. 

Dicho esto, escribir reseñas es una práctica aleccionadora para cualquier escritor. Aquí te dejo tres razones por las que deberías animarte a hacerlo:

1. Las reseñas te obligan a analizar lo que lees 

Es bien sabido que un escritor debe leer. Carlos Fuentes dijo una vez: «Tienes que amar la lectura para poder ser un buen escritor, porque escribir no empieza contigo». Leer mucho y de todo te permite desarrollar un paladar literario más refinado, lo cual amplía tus horizontes y te convierte en un escritor más versátil. 

No obstante, no basta con leer. Hay que analizar lo que leemos, desarmar la historia, encontrar los elementos que la componen. Por esto escribir reseñas es una efectiva herramienta de estudio: nos permite identificar lo que nos gusta o detestamos de cada obra, lo que funciona bien y lo que no, ver los elementos por separado y en conjunto. 

Así, puedes explorar las distintas voces de cada autor, estudiar sus técnicas y probarlas a ver si encajan contigo. Ser escritor es como ser médico: no puedes dejar de estudiar tu profesión. 

2. No tienes que publicar tus reseñas… 

El mayor temor de los que reseñamos libros es herir los sentimientos de otro escritor. Por lo menos a mí, hacer una reseña de un libro que me ha dejado una impresión negativa es algo que aún me causa resquemor y tiendo a evitarlo. 

Aunque tengas mucho cuidado, tarde o temprano escribirás una reseña negativa. Fíjate que dije «escribirás» y no «publicarás». ¿Por qué? Porque no hay nada que te impida abrir un cuadernito, escribir tu reseña ahí y luego guardarlo en un lugar donde nadie vaya encontrarlo. O puedes hacerlo en un proyecto de Scrivener, o en una carpeta con un montón de archivos de Word organizados como tú quieras. Si en verdad no quieres arriesgarte a herir los sentimientos de nadie, puedes tener un diario de lectura privado. 

3. … pero si decides hacerlo, ayudarías a autores y lectores 

El propósito de una reseña nunca ha de ser el de enaltecer o herir a un autor. El propósito es analizar la obra y así informar mejor al lector. En este tipo de ocasiones, siempre uso Susurros, de A. G. Howard, como ejemplo. Cuando salió la novela, la sinopsis me hizo creer que sería una aventura de fantasía oscura inspirada en Alicia en el País de las Maravillas. Bueno, sí lo fue, pero también hubo un triángulo amoroso muy prominente, y la verdad es que yo odio los triángulos amorosos. Este fue uno de los factores que me llevaron a escribir una reseña neutral. Varios de mis lectores dijeron que no leerían la saga, pero otros se animaron a hacerlo. Aunque a mí no me gustaban los triángulos amorosos, a ellos sí. 

A pesar de que la calificación de una reseña sea negativa, ayudará al autor si está bien estructurada y es racional. La razón es simple: somos seres humanos y tenemos gustos diferentes. Enumerando lo que te gustó y lo que no te gustó de un libro (sin spoilers, claro), puedes ayudar al lector a decidir si esa obra es para él o no, y así, ayudas al autor. Como escritora, reconozco que hay pocas cosas más valiosas que una reseña larga bien estructurada. No solo me ayuda a llegar a potenciales lectores, sino que también lo encuentro halagador. El que una persona se tome la molestia de escribir una reseña larga te hace sentir genial, aunque la calificación haya sido negativa. 

Pues ahí están: tres razones por las que deberías escribir reseñas. Espero que te animes a hacerlo y que me visites en mi blog.

Nota: Esta colaboración fue hecha por Ana Katzen.
Visita su página web y la revista en la que colabora.

Preguntas literarias

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Hay preguntas sin respuesta, porque no la tienen o porque no la queremos. En la escritura, hay un recurso que tiene que ver con esto: la pregunta retórica o poética. Y su objetivo es provocar una reflexión en el lector. Pablo Neruda es experto en esto: 
  • ¿Si todos los ríos son dulces, de dónde saca sal el mar? 
  • ¿Cuál es el pájaro amarillo que llena el nido de limones? 
  • ¿Cómo se llama la flor que vuela de pájaro en pájaro? 
  • ¿Quiénes gritaron de alegría cuando nació el color azul? 
  • ¿Por qué no enseñan a sacar miel del sol a los helicópteros? 
  • ¿Y cómo saben las raíces que deben subir a la luz? 
  • ¿Cuántas abejas tiene el día? 
  • ¿Es paz la paz de la paloma? 
Al leerlas, puedes tener dos respuestas: o reconoces que no sabes nada o te pones creativo y te inventas una «poéticamente» correcta. Me gusta más la segunda opción; un escritor debe ser capaz de inventarse una breve historia con cada pregunta. Y si te pidiera que hicieras el ejercicio, ¿serías capaz? 

Centrémonos en la reflexión. El lector quiere que le provoquemos algo y, si somos listos, intentaremos que su lectura sea una montaña rusa de emociones y reflexiones. Y es con los protagonistas que lo podemos lograr. Son ellos los que hacen que el lector llore, ría, suspire… y hasta se pregunte el por qué no lo pensó antes. 

Como escritor, puedes utilizar la pregunta retórica para añadirla a un diálogo (o monólogo) y provocar que el lector piense más allá. «¿Qué es la vida?»… es una pregunta profunda que ha quedado en nuestro subconsciente (así no hayas leído la obra) y tal vez nunca la hemos contestado de verdad. Preferimos responder «La vida es sueño», y lo es. 

Ahora intenta hacer tuya una de estas preguntas y transfórmala. Crea preguntas nuevas que puedas utilizar en tus futuros escritos. 

¿Dónde está el niño que yo fui, 
sique adentro de mí o se fue? 
¿Sabe que no lo quise nunca 
y que tampoco me quería? 
¿Por qué anduvimos tanto tiempo 
creciendo para separarnos? 
¿Por qué no morimos los dos 
cuando mi infancia se murió? 
¿Y si el alma se me cayó, 
por qué me sigue el esqueleto? 
Neruda se hizo este tipo de preguntas durante toda su vida y las fue acumulando en sus cuadernos. Le ayudaron a generar ideas para seguir escribiendo sus poemas, para reflexionar sobre los temas que quería plasmar en sus escritos. Y luego de su muerte, a alguien se le ocurrió tomar todas estas preguntas y publicar un libro. :)

Lo que provoca una pregunta retórica nos debe importar como escritores, pues no solo nos ayuda a idear posibles escritos, sino que nos hace pensar en cómo responder estas preguntas de forma creativa; y si las aprendemos a utilizar bien, hasta podemos provocar una reflexión tan grande como la que aún nos invita Calderón de la Barca, y es que «todo en la vida es sueño / y los sueños, sueños son». ¿A poco no? 

Te invito a que de hoy en adelante, en tu cuaderno de apuntes e ideas, comiences a acumular tus propias preguntas literarias. No sabes cuándo las vas a necesitar… 

¿Qué es la vida de un escritor sin ideas?

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4 errores imperdonables en un libro

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Hace poco lancé, muy lejos de mi presencia, un libro. Intenté que volara por la ventana, pero como la había cerrado, el libro simplemente chocó contra ella. Calló al suelo, con sus entrañas abiertas. Veía sus letras, ordenadas hormiguillas, y no lograba dejar de odiarlo. 

Me puse de pie y miré mi biblioteca. Tengo muchos libros, pero no todos me han gustado en realidad. Los catalogué y descubrí que el mismo odio que había sentido por el reciente libro (que aún estaba tirado con sus entrañas a la luz), me lo habían provocado otros. Pero, ¿qué me había molestado de todos ellos? Acá van algunos puntos que considero imperdonables en un libro:

1. El blablablá constante y sin destino 

El escritor, por alguna extraña razón, decide agobiarnos veinte hojas consecutivas con un tema que nada tiene que ver con la trama central. Lo peor del caso es que no son veinte hojas llenas de acción o entretención. ¡Son veinte páginas llenas de aburrimiento! Pero decides darle una oportunidad al libro (al autor) y lees… y lees. Y mientras más lo haces, más te das cuenta de que la lata que te dio por veinte hojas que no sirven de nada. No aportan. O sea, como lector, alcanzas a darte cuenta de que esas hojas fueron puestas por simple relleno

Los escritores deben aprender a discriminar qué sirve y qué no. Colocar la explicación pormenorizada de la fórmula de los transgénicos que se le inyectarán a los ajíes del Perú y que esta explicación ocupe cuarenta párrafos de tu libro (que trata sobre una historia de amor en Sudáfrica) es francamente desquiciante. Todo lo que no aporta a la historia debe quedar fuera. Está demás. No sirve. Solo dará volumen al libro y aburrirá al lector, el cual probablemente no nos volverá a comprar (y por ende a leer), porque asumirá que ese es nuestro estilo: llenar de mini historias superfluas que despistan, aburren y que no tienen destino. 

2 El héroe que es demasiado perfecto 

Una mujer con hermosos ojos verdes, cabello rubio, un físico de súper modelo, con un coeficiente intelectual de 391, a su 24 años posee cuatro títulos (enfermera, abogada, ingeniera, psicóloga y, más encima, concertista); ha resuelto los crímenes nacionales más connotados (los que la policía del país no ha logrado solucionar en tres años de investigación), vive en un departamento (que paga con la herencia de su padre), le saca la basura a la vecina y todos la aman porque es dueña de una perfección tan perfecta que no les queda más que adorarla... es una franca mentira y una enorme pedantería. 

Hay autores que crean personajes demasiado alejados del común de los mortales. Inventan historias que el lector, muy lejos de admirar al protagonista, lo termina detestando. Nadie es perfecto. No nos enamoramos de un Hannibal Lecter porque es perfecto. Nos enamoramos de él porque es un maldito. Pero un maldito divertido. Matar no es bueno, pero logra divertirnos a morir cuando nos explica una receta de cocina preparada con el hígado de su víctima. Deja de ser un «perfecto asesino» para convertirse en el «psicópata perfecto». 

El personaje debe tener vida. De preferencia, una vida normal, dentro de lo que es la ficción. Normal, como la de muchos o la de varios. Debe comer, ir al baño, tener ropa sucia, un vecino con el cual molestarse porque dejó botellas de cerveza en la bajada de la escalera, una secretaria que le echa el ojo, un amigo que se queja por su impotencia, hijos que lo hacen pensar qué será de ellos el día en que muera... 

Debe caerse y golpearse, como todos. Quejarse y echar puteadas, como todos (o como muchos). La diferencia entre un protagonista que amamos y otro que odiamos está con el carisma con que lo dotamos. Darle vida a los personajes no es convertirlos en héroes, llenándolos de hazañas imposibles para un ser humano y con esto pretender que el lector quede convencido de su grandeza y genialidad. La literatura nos exige darles una vida real, con el suficiente carisma para que, a través de sus acciones, el lector decida si lo amará o lo odiará. 

3. Los personajes que solo sufren 

Eleonor es una mujer que cuida a su padre de un cáncer prostático. Está afligida: le quedan dos meses de vida, su exnovio le contagió una enfermedad. La relación acabó cuando él le fue infiel con la mamá de Eleonor, quien se fugó del país después de haber estafado a un vecino y su hija tuvo que pagar la deuda con sus propios bienes y con seis meses de cárcel... 

Ese no fue un ejemplo de una protagonista con desgracias, es una perfecta desgraciada. Tal como no existe gente perfecta, tampoco existe gente que tenga puras penas en su vida. El sufrimiento extremo no es creíble, es cansador. Escuchar las penas de tu mejor amiga por unos días es bueno, pero cuando te aportilla por dos meses con la misma desgraciada historia, ¿no te dan ganas de gritonearla? 

Si en la vida real existen personas que son algo masoquistas o medias sanguijuelas emocionales, en los libros efectivamente pueden existir, pero acotadas y con un fin claramente sostenido por la historia. Las personas que la pasan mal se lo deben buscar. Eso le da fortaleza a la trama. Pero los personajes sufridos porque sí, agotan. Puedes dotar a tus personajes de una terrible historia de vida y familiar, pero debes darle alguna luz de esperanza. Aunque incluso esa misma luz sea algo retorcida para los ojos del lector, como la vida de un psicópata. 

No confundas un personaje acontecido, al cual le suceden muchas cosas raras, con un personaje que está maldito porque le pasan puras desgracias. Dota a tus personajes de alguna alegría, por ínfima que sea. Hay vidas que la pasan realmente mal, por ejemplo, una niña que es constantemente abusada por su padrastro. Pero si le preguntas por alguna alegría, te contestará, quizás, que disfruta mucho los domingos viendo Plaza Sésamo porque su madre canta las canciones con ella. 

4. La trama fuera de foco 

Javier la miró a los ojos y descubrió que el iris del ojo derecho era levemente más pequeño que el del izquierdo. Se levantó de su silla, pero de pronto decidió volver a sentarse. La miró nuevamente y quiso huir. Se sacó la servilleta y se puso de pie, luego se sentó. Estaba indeciso. Miró a su alrededor y pensó que ahora sí que sí. Tomó aire, puso las manos sobre la mesa y el mesero dejó la cuenta junto a la copa de agua, que de seguro era de la llave porque lograba sentir el sabor a cloro y óxido. Volvió a tomar asiento, debía cancelar la cena antes. Había estado queriendo ir al baño hace mucho rato, su vejiga estaba que reventaba, pero en ese momento decidió permanecer sentado buscando el dinero, el que no encontró, así que permaneció sentado por largas horas pensando en el iris disparejo de la mujer que acompañaba a un ejecutivo seis mesas más allá de la suya. 

¿Esto ayuda al desarrollo del personaje? No. ¿Ayuda a conocer su psicología? Quizás. ¿Beneficia la trama? Definitivamente, no, aunque muchos dirán que depende del género. Narrar una escena es importante, pero más aún lo es narrarla con rapidez y encadenando al lector en la trama de la historia. El trabajo del escritor es hacer que lector siga leyendo, así que debe tener muy claro lo que desea contar y contarlo. 

Debilitar la trama con personajes insignificantes no genera enganche en el lector. Y si este no se interesa y decide no seguir leyendo es porque no hay trama. El lector espera que los personajes (y en especial los protagonistas) «hagan algo». Si le cuentas todas las veces en las que un personaje secundario se sienta e intenta ponerse de pie, no favorece el ritmo de la historia y debilita lo que deseas contar. El lector avanzará hojas sin leer siquiera y llegará a la desagradable conclusión de que el escritor lo ha hecho perder su tiempo y dinero. 

Ojo con irte al otro extremo y narrar historias como un teletipo, creyendo que así favoreces el ritmo de lectura y la velocidad en las acciones. Escribir consiste en contar algo y los detalles son importantes, pero la forma en que dosificas esos detalles, cómo acaricias al lector con ellos, lo es aún más. 

Y hasta aquí los cuatro errores que considero imperdonables en un libro.¿Conoces algún otro error que nos quieras compartir?

Nota: Esta colaboración fue hecha por D. R. Ricaldi.
La puedes visitar en su página web.

Aprende a analizar una poesía

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La poesía es fruto de la expresión humana; y se relaciona con el entorno y la época en que se escribe. Influyen las ideas políticas, las situaciones históricas, los problemas sociales y la realidad de vida del autor. El poeta se hace cargo de sus circunstancias y las denuncia, o se desahoga. Todas estas características hacen de la poesía una herramienta de reflexión. Un poema nos puede abrir los ojos respecto a una realidad que ocurre en nuestro entorno, ofreciéndonos una mirada nueva sobre un tema con el que incluso nos podemos sentir identificados. 

El arte, en sus distintas manifestaciones, busca responder las preguntas que se hace el ser humano: ¿qué somos?, ¿qué es la vida?, ¿cuál es el sentido de nuestra existencia? Se abordan los temas que nos aquejan y se ensayan respuestas, lo que enriquece la mirada y aporta otros puntos de vista. 

Ahora bien, antes de un análisis poético es importante conocer los tres componentes básicos de la poesía: el hablante, el motivo y la actitud lírica, los cuales son parte fundamental para la comprensión del lenguaje poético. En esta entrada no solo te los explico, sino que te ofrezco algunas estrategias para que puedas analizar (y entender) textos poéticos, y hasta te propongo un ejercicio. 

El hablante lírico 
Es la voz ficticia que se expresa en el poema y que actúa como el emisor del discurso poético. Es quien habla en los versos. No lo confundas con el autor; pues el hablante lírico es un personaje, y aunque muchas veces el sujeto ficticio es también el sujeto empírico, en el análisis poético se tratan de forma separada. En fin, el hablante es quien transmite sus sentimientos y emociones, su mundo interior. 

El motivo lírico 
Es la idea o concepto que predomina en el poema. Es el tema principal que se reitera verso tras verso, el cual generalmente es abstracto: el amor, el dolor, la soledad… Para reconocerlo hay que prestarle atención al título, a las palabras repetidas y a las relacionadas. 

La actitud lírica 
Es la forma y el tono que utiliza el sujeto lírico para presentar sus sentimientos en el poema. Hay que fijarse en los verbos y en su conjugación para reconocer la persona gramatical y saber qué actitud tiene. 

Actitud
Qué busca
Persona gramatical
Ejemplo
Enunciativa
Contar algo
3ra (él, ella)
Eraun pobre diablo
Apelativa
Hablarle a alguien
2da (tú, usted, vos)
Te vas para no volver
Carmínica
Expresar sentimientos
1ra (yo, nosotros)
Yo muero sin ti

Estrategias para comprender el lenguaje poético
Si en algún momento tienes que hacer un análisis poético o si quieres aprovechar al máximo tus lecturas poéticas, ten en cuenta los siguientes pasos para un mejor entendimiento de la obra.
  1. Lee el poema y revisa si hay palabras que no conoces. Busca su significado. 
  2. Establece relaciones entre las palabras, frases y versos. 
  3. Verifica las figuras literarias y su significado. 
  4. ¿Quién es el hablante lírico?, ¿cómo es? 
  5. Selecciona los versos que reflejan el motivo lírico. 
  6. ¿Cuál es la actitud del hablante lírico? 
  7. Interpreta el mensaje que transmite el poema y reflexiona sobre este. 
Ejercicio práctico 
Lee el siguiente soneto y analízalo teniendo en cuenta la estrategia de comprensión poética que te expliqué anteriormente. 
En la brecha
José de Diego

¡Ah, desgraciado, si el dolor te abate,
si el cansancio tus miembros entumece!
Haz como el árbol seco: reverdece
y como el germen enterrado: late.

Resurge, alienta, grita, anda, combate,
vibra, ondula, retruena, resplandece...
Haz como el río con la lluvia: ¡crece!
Y como el mar contra la roca: ¡bate!

De la tormenta al iracundo empuje,
no has de balar, como el cordero triste,
sino rugir, como la fiera ruge.

¡Levántate!, ¡revuélvete!, ¡resiste!
Haz como el toro acorralado: ¡muge!
O como el toro que no muge: ¡embiste!
Espero que hagas el ejercicio y lo anotes en los comentarios. Aunque no sigas toda la estrategia, como mínimo, elabora una reflexión sobre el mensaje del poema y relaciónalo con tu proceso de escritura. Me encantará leer las respuestas.

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Cómo escribir una columna de opinión

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Aunque la columna de opinión es estrictamente un texto periodístico, si llevas un blog (del tipo que sea) lo más probable es que ofrezcas de vez en cuando tu opinión sobre un tema. Es decir, presentas tu punto de vista sobre un asunto de interés para tus lectores, generalmente un tema de actualidad, como cuando yo ofrecí mi opinión sobre el contenido prohibido o censurado.

Estamos acostumbrados a opinar sobre todo, incluso cuando a los demás no les interesa lo que tenemos que decir. Sea como sea, lo ideal es que aprendas a hacerlo de la mejor forma posible. ¿Y cómo sería esto? Emitiendo tu opinión según el formato que siguen los profesionales. 

Como aprendiz de escritor, debes tener en cuenta que esta práctica te ayudará a perfeccionar tu estilo y descubrir nuevas formas de abordar un tema. En otras palabras, vas a pulir tu sello como escritor. ¿Quieres aprender a hacerlo?

Pasos para escribir una columna de opinión


1. Planifica tu escritura 
Selecciona el tema que quieres abordar. Lo ideal es que sea controvertido o polémico, así captarás la atención desde el inicio. Puede ser un asunto actual o un tema que le interese a tus lectores. En Cafetera de Letras, por ejemplo, siempre encontrarás posts relacionados con el oficio de escritor, el arte literario, la lectura… 

Cuando tengas el tema, considera las características de tu público para adecuar el mensaje. Y si se te ocurren muchos temas, déjalos anotados en un cuaderno, pues te pueden servir para después. Escoge el que más te interese desarrollar en ese momento, que si te sientas a escribir algo sobre lo que no quieres, no te saldrá ni una oración coherente. 

2. Investiga sobre el tema 
Busca información sobre el tema para que logres trabajarlo en su totalidad y tengas una base sólida para argumentar y sustentar tu opinión. No seas creído, por más que domines un tema deberías corroborar tus datos. 

3. Ordena la información 
Seleccionaste los datos más importantes. Ahora solo debes ordenar las ideas según las presentarás. Ve de lo micro a lo macro. Por ejemplo, casi todos mis posts comienzan con una definición del concepto o tema. Luego presento algunas características o te digo porqué debe importarte. Después te enseño cómo hacerlo, te doy ejemplos, te pido que lo practiques, etcétera, hasta que concluyo retomando la importancia del tema. Entre medio voy dando mi opinión y en ocasiones uso las técnicas del storytelling

… a este punto debo confesar que jamás había pensado en cómo escribo mis posts para el blog. Soy estructurada por naturaleza y escribo tal como ordeno mis ideas; y no puedo evitar darle el toque pedagógico, pues diariamente creo material para mis alumnos. En fin, que yo sigo ese formato porque ya es parte de mi estilo. Tú debes buscar el tuyo

4. Aclara tu posición 
Decide cuál va a ser tu postura y enumera los argumentos que respalden tu punto de vista. Casi siempre la postura es blanca o negra, de lo contrario tus argumentos se contradicen y tu opinión deja de tener validez. Si quieres presentar un arcoíris de posturas, más vale que sepas cómo ordenar tus ideas de forma que se justifique. 

5. Organiza el texto 
Estructura el tema según lo vas a escribir. Primero presentas el tema y tu opinión, luego validas tu punto de vista con argumentos y por último concluyes. ¡Ojo! Recuerda que al cerrar tu escrito deberías invitar al lector a reaccionar, ya sea comentando o compartiendo. 

6. Escribe tu columna 
Redacta el texto dejándote llevar por el bosquejo que hiciste. Ten en cuenta el vocabulario utilizado, así como el público al que va dirigido. Usa conectores para cohesionar tus ideas y ten cuidado con el tono.

7. Revisa el texto 
Reescribe y corrige tu escrito rigurosamente. Relee tantas veces como sea necesario. Respeta los signos de puntuación. Vigila que la lectura sea fluida, que las ideas tengan sentido y coherencia. 

8. Publica y promociona 
Si tienes un blog, publica tu columna. Es recomendable que acompañes el texto de una imagen. Verifica las opciones de formato que te dé la plataforma que uses y úsalas a tu favor. ¡Ah!, y no olvides promocionar en tus redes sociales, página, grupos… donde se te ocurra, pero sin espamear. 

¿Verdad que no es tan difícil escribir una columna de opinión? Estos pasos te pueden servir incluso para escribir un post (en el cual no necesariamente opines). Lo importante acá es que escribas y desarrolles tu estilo propio, el cual no solamente aparece en la ficción. 

Solo te voy a pedir que escribas sobre aquello que dominas o has estudiado. Últimamente han aparecido muchísimos blogs de aprendices de escritor que enseñan a escribir. o.O Una cosa es que quieras compartir una herramienta o técnica que aprendiste o estás practicando, o que desees contar tu experiencia u opinar sobre algo, y otra es que te presentes como un profesional del mundo editorial. 

No quiero terminar este post sin hacer hincapié en las citas. Puedes utilizarlas para respaldar lo que dices y garantizarle al lector que te documentaste. También puedes hacer referencia a lo que otra persona escribió sobre el mismo tema.

Si es una cita textual, usa comillas y menciona el nombre del autor de la idea. Si la cita es indirecta, aclara de dónde la tomaste. En ambos casos, pon el enlace correspondiente. Esto demuestra respeto por el trabajo del otro. Quien evita citar es porque está copiando

Y hasta aquí. Espero haberte dado las herramientas necesarias para que comiences a escribir en un blog. Recuerda que puedes escribir para Cafetera de Letras si lo deseas. No olvides compartir y comentar.

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La lectura comprensiva

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La lectura comprensiva nos permite captar el significado de un texto. Comprender requiere dos partes: el lector, con sus conocimientos y habilidades previas, así como el contenido y la forma del texto. Es fundamental que el lector vierta en el texto sus ideas, expectativas y experiencias, con el fin de comprender lo leído, haciendo de la lectura un proceso interactivo donde se produce un diálogo entre ambas partes. 

De esta forma, tanto lo que aporta el texto como el lector se utiliza para entender lo que se plantea. Por esta razón necesitamos adquirir algunas estrategias para mejorar nuestra comprensión lectora y así enriquecer la lectura que realizamos. 

Estrategias de comprensión lectora 


A. Antes de la lectura 
  • Define el propósito de tu lectura. ¿Por qué razón vas a leer? No es lo mismo leer por entretención, para investigar, estudiar… por obligación. 
  • Busca un lugar tranquilo. Mientras menos distractores tengas, mejor. 
  • Ten a la mano los materiales que necesites: libro, lápiz, marcador, café… 
  • Pregúntate qué sabes sobre el tema. Intenta descifrarlo por el título, el autor, el diseño de portada, la sinopsis… 

B. Durante la lectura 
  • Subraya los conceptos que consideres clave en la lectura. 
  • Anota las ideas que se te ocurran mientras lees. 
  • Asegúrate de entender el significado de las palabras. 
  • Relee en el momento en que te hayas perdido. 
  • Hazte preguntas: ¿cuál es la idea principal del párrafo o capítulo?, ¿qué has entendido hasta el momento? 
  • Si eres aprendiz de escritor, discute con el autor. Analiza las técnicas y recursos que utilizó. ¿Qué te gustó?, ¿qué cambiarías? 

C. Después de la lectura 
  • Reflexiona sobre la lectura, la temática abordada y cómo se trabajó. 
  • Ten en cuenta lo que subrayaste. 
  • Compara tu análisis con el título. 
  • Piensa en las ideas o conflictos desarrollados y cómo aportan al tema o trama central. 
  • Opina y comenta tu impresión, si disfrutaste la lectura o no, qué te provocó… ¿consideras la información verosímil? 

Habilidades de comprensión lectora 


La habilidad es la capacidad de hacer algo correctamente y con facilidad. En la comprensión lectora, existen tres niveles de profundidad:

Nivel 1: Obtener información 
Implica localizar información o datos en un texto, recordar lo leído o saber dónde se encuentra. Ejemplo: ¿Cómo escogió Martín las flores que le compró a Claudia? 

Nivel 2: Interpretar e integrar 
El lector construye los significados. Utiliza sus conocimientos para darle sentido a la información y relaciona las ideas (los temas) que están en distintas partes del texto. Ejemplo: ¿Por qué tú crees que Martín se sentía torpe y nervioso antes de darle un beso a Claudia? 

Nivel 3: Reflexionar y evaluar 
Se utilizan conocimientos que no están presentes en el texto; ya sea información de otras áreas o elaboración propia. Ejemplo: ¿Por qué Claudia sintió vergüenza y actuó con rechazo cuando Martín interrumpió sus clases para entregarle las flores y robarle un beso? 

Como ves, tanto las habilidades como las estrategias son diferentes pero van de la mano. Si lo analizas bien, no todo el que lee un texto genuinamente lo comprende. ¿De qué vale leer si no entiendes lo que lees?, ¿si el texto no te provoca una reflexión?, ¿si no puedes evaluarlo? 

Estrategias para la reflexión lectora 

  1. Resuelve las dudas de comprensión. Comprende el significado de las palabras. Relee las partes que no te quedaron claras. 
  2. Utiliza tu conocimiento. Relaciona lo leído con tu experiencia personal y con tu bagaje intelectual y cultural. 
  3. Hazte preguntas relacionadas al texto. ¿Qué quiere decir? ¿Qué sientes? ¿Qué ideas te plantea? ¿Cómo afecta a otra persona o a la sociedad? 
  4. Opina. ¿Recomiendas el texto? ¿Cómo fue el final? ¿Cuál es el mensaje? ¿Qué otra interpretación tiene? 

Estrategias para la comprensión de imágenes 

  1. Considera todos los elementos que componen la imagen: contexto, colores, formas, gestos, posturas… sobre todo los estereotipos. Las imágenes nos hablan del público al que va dirigido. 
  2. Fíjate en el eslogan o lema que acompaña la imagen, pues refleja un motivo, el espíritu del mensaje. Puede provocar una reflexión, añadir información, provocar una acción… 
  3. Analiza cómo apoya (y de qué forma) la idea central del texto. Los colores tienen su psicología y, dependiendo del medio, pueden utilizarse recursos interactivos (como añadir música o vídeos). 

No importa cuántas estrategias te ofrezca. Comprender lo que lees depende de ti, de la práctica lectora que tengas y cómo utilices tu intelecto en el proceso. Hay que leer con todos los sentidos; imaginar, crear, sentir, reflexionar… 

En la medida en que la lectura se haga parte de tu día a día, tus conocimientos y concepción de mundo aumentarán. La lectura se agiliza con la práctica y si la usas como un lector crítico, puede ayudarte de mil formas en tu crecimiento como escritor. 

¿Qué otras estrategias de comprensión lectora utilizas? 
¿Entiendes todo lo que lees?

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La visión de mundo en la literatura

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La visión de mundo es una idea o conjunto de ideas que tiene un individuo o cultura en una época determinada. Con estas se explican las costumbres, las formas de ser y de comportamiento, así como las creencias que un pueblo tiene. 

¿Por qué es importante que tengamos en cuenta la visión de mundo cuando vamos a escribir? Pareciera fácil de contestar, pero en ocasiones no lo es. Muchos escritores tienen la creencia de que, como escriben ficción, tienen total libertad para crear el contexto, el ambiente y los personajes a su antojo. Y esto es así solo hasta cierto punto... 

La visión de mundo coarta al escritor desde que comienza a planificar la historia, obligándolo a documentarse, algo que muchos otros evitan, ya sea por considerarlo una pérdida de tiempo o por no respetar el oficio. Y desde ya te advierto que toda obra, por pequeña o actual que sea, necesitará documentación, aunque sea breve. 

El escritor está obligado a construir un mundo ficticio que sea creíble para el lector. La historia, el conflicto, la temática, la trama y muchos otros aspectos pueden ser 100% originales, pero hay elementos de visión de mundo que si faltan, falla la obra y con esta, el autor. 

Hace poco terminé de leer el tercer libro de la saga «Forastera» de Diana Gabaldon. Me gusta la historia, por eso la sigo leyendo. Pero este libro se ambientó en Las Antillas (siglo 19), y detesté todos los errores de documentación que tuvo. Conozco los países antillanos: nací y viví 23 años en uno, y los otros los he visitado. Cuando comenzó a hablar de ríos navegables con grandes embarcaciones, llenos de tiburones y caimanes… se me viraron los ojos. Me molesté con la autora porque no conozco ningún río con esas características en Las Antillas. 

Luego aparecieron junglas, como si fuera Brasil, cambios climáticos contradictorios, como si un huracán pudiera azotar de la nada, y un sinnúmero de errores que, aunque estaban bien trabajados y explicados, se contradicen con la realidad antillana (en esa época y en la actual). 

Si lo pienso bien, los lectores de cualquier otra zona geográfica quedarían encantados con la narración (por algo ha sido un éxito en ventas y fue recientemente llevada a la pantalla chica). Pero los que somos de allí terminamos decepcionados porque lo narrado carece de veracidad. Aquí entra en juego la visión de mundo que el autor construye, pero también la histórica, la genuina. 

Antes de comenzar a escribir tu historia, préstale importancia a la visión de mundo para que no termines decepcionando a tus lectores. Algunos aspectos en los que se aprecian las ideas de la época en una historia son los siguientes: 

CREENCIAS
Son los pensamientos que se asumen como verdaderos, sean religiosos o valóricos, y que tienen los personajes. Por ejemplo, las reglas de comportamiento y la vestimenta de las personas. 

COSTUMBRES
Son las celebraciones o reuniones que llevan a cabo los personajes, o simplemente las conversaciones que tienen. En estas se presenta lo que piensan y cuáles son los intereses colectivos. Por ejemplo, las festividades de siembra y cosecha o el aniversario de la ciudad. 

MOTIVACIONES
Lo que los personajes buscan, quieren y desean; es la forma en que ven el mundo. Por ejemplo, si tiene una ambición excesiva por lo material, tal vez es que en su época el dinero y los bienes materiales tienen mucha importancia. 

CONFLICTOS
Lo que a los personajes les duele, les molesta o les causa pesar, nos dice qué ideas o cosas tenían importancia en su época. También hace referencia a lo que se considera un conflicto según el país o el año. Por ejemplo, no es lo mismo un problema de honor en Estados Unidos que en Japón. 

RELACIONES
Las relaciones entre los personajes reflejan sus valores. El trato que se dan entre sí, la forma en que se ven y se dirigen al otro son importantes. 

AMBIENTACIÓN
El clima, la infraestructura, las construcciones, la naturaleza (flora, fauna)… en fin, la ambientación debe coincidir con la época en que se desarrolla la historia. Y si el lugar existe en la vida real, hay que documentarse a más no poder para que a tus lectores no les pase lo que a mí con «Forastera».

No sé si habías pensado antes en estos detalles, pero son sumamente importantes en la  literatura. Tenlos en cuenta durante todo el proceso de escritura y te asegurarás de que tu obra sea creíble. Recuerda que tus lectores van a valorar positivamente una obra que refleje la documentación correcta. 

El trabajo que se dé el escritor para construir mundos ficticios que se puedan insertar con facilidad en la realidad va a reflejar su calidad, pero sobre todo el respeto por su trabajo y por sus lectores. 

¿Qué otro aspecto consideras que debemos tener en cuenta
al construir la visión de mundo de nuestra historia?

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Introduce folclor en tus obras

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Los escritores famosos de todas partes del mundo incluyen en alguna de sus obras una clara y fiel representación de su cultura, del lugar que es suyo porque nacieron y se criaron en él.

El folclor es la expresión de la cultura de un pueblo y se manifiesta de muchas maneras. Algunos lo asocian más con los bailes tradicionales y las pinturas, pero yo encuentro cierta fascinación en la inclusión de elementos culturales en el entretenimiento. Por ejemplo, adoro descubrir elementos folclóricos en los videojuegos o en el animé, y aprender un poco más de una cultura tan lejana como la japonesa. Es por esto que quiero abrir la discusión sobre cómo se deberían introducir los elementos culturales en una obra

Antes de empezar quiero advertirte, al hablar sobre el folclor, incluso si es el tuyo propio, siempre hay que tomarlo con un nivel de seriedad y respeto. No al punto de que no puedas manejar los elementos a tu manera, pero sí al nivel de recordar que si vas a hablar sobre los elementos culturales de todo un grupo de gente, es necesario hacer una investigación digna, ya que alguien podría ofenderse. 

El autor Celso A. Lara Figueroa, respecto a la introducción del folclor en una obra, dice que es necesario diferenciar la palabra, aplicar y proyectar. «Se entiende por aplicación del folklore el uso inmediato del patrimonio tradicional, sin que este sufra reelaboración por parte de algún artista […] Aplicación es también el uso del folklore en el nivel académico, artístico o político». 

«La proyección implica la acción de un artista o intelectual erudito sobre el material folklórico para adaptarlo a situaciones concretas de creatividad personal o colectiva […] La proyección no ofrece el material folklórico puro sino que lo presenta ya alterado». Es por esto que le daré un lugar más importante a la proyección en este post, ya que tiene que ver con la creatividad y ejecución de un escritor, justo lo que nos importa en este blog.

Existen dos tipos de proyecciones: la auténtica y la no auténtica. 
  • La auténtica se caracteriza por estar basada en la investigación folclórica;
  • mientras que la no auténtica se basa en los recuerdos personales del artista (por ejemplo: en lugar de investigar sobre cierta leyenda, se basa más en el recuerdo de la abuela compartiendo una anécdota sobre esta).
Ambas tienen su nivel de importancia, pero siempre he creído, en lo personal, que investigar es necesario. El problema de la no auténtica es que se puede, sin malas intenciones, deformar la esencia del patrimonio cultural y entenderlo de forma diferente al original (incluso a veces llegan a un punto de ser ofensivo), así que siempre hay que manejarlo con cuidado. 

Algunos puntos claves que no debes olvidar al proyectar elementos folclóricos en tu escritura: 
  1. La proyección folclórica no puede ni debe confundirse con el folclore verdadero. Tu obra siempre será tu obra; por más exacta que intentes proyectarla, jamás será el folclore verdadero. 
  2. Para que una proyección literaria sea realmente útil, el autor debe basarse en investigaciones científicas de las tradiciones populares, recopilaciones de las mismas y en el respeto a la estructura del elemento a proyectar.
  3. Si en verdad quieres dejar aportes al introducir folclore en tu obra, es necesario investigar. Existen varios métodos y hay muchos libros para complementar el estudio. Ahora con el Internet tenemos más acceso que nunca a la información (no digo que todo en el Internet sea cierto, pero es un buen medio para buscar libros y otros instrumentos de investigación). 

El folclore de cada país es bello. Mi definición favorita es la que propuso Dan Ben Amos, que lo define como la comunicación artística entre grupos pequeños. No tiene dueño y eso nos da la libertad de experimentarlo también, y esparcirlo a través de la literatura para que no quede olvidado en el tiempo. Siempre proyectándolo con respeto y con un nivel de seriedad.

Te invito a pensar en la posibilidad de introducir elementos de tu folclor en alguno de sus futuros proyectos, tal como lo han hecho García Márquez, García Lorca, Isabel Allende y hasta el mismo Cervantes.  Ten en cuenta que también puedes incluir los de otros países que hayas visitado o de los que te hayas documentado.

¿Alguna vez has utilizado esta herramienta en tus escritos?
¿Qué nos aconsejas para proyectar elementos folclóricos en la literatura?

Nota: Esta colaboración fue hecha por Isabel Lam.
Le puedes escribir a su correo-e: lamisabel10@gmail.com.
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